En la escuela de la vida aprendí que pase lo que pase,
siempre las cosas de uno u otro modo, en algo cambian…
Cuando algo se rompe, cambia, aún cuando se repara, ya no es igual…
Cuando algo llega, cambia,
porque aquello que trae consigo hace que ya no sea lo mismo…
Cuando algo se pierde,
cambia lo que deja vacio, aunque otro ocupe su lugar…
Cuando el tiempo se interpone,
algo cambia, aleja o une, fortalece o deteriora, quiebra o repara,
pero ya nada es como antes era…
Cuando la distancia se acorta o se acrecienta,
algo cambia, se aprende a estar lejos o cerca y todo va tornándose distinto…
Aprendi que cuando algo se deforma o transforma,
cambia y adaptarse a eso, a veces cuesta…
Cuando algo se oscurece o se llena de luz,
cambia, por aquello que oculta o no puede ver o por todo lo que pueda contemplar esta vez…
Cuando un día se acaba y otro empieza,
aunque pareciera igual que el que pasó, no es el mismo, es una hoja nueva…
Cuando una historia termina y otra comienza,
a veces pretendemos o tenemos miedo de escribirla igual,
pero esta historia tiene otros protagonistas y se escribe con otra tinta….
En la escuela de la vida aprendí que,
cambia la tierra luego de la tormenta,
cambian los árboles cuando sus hojas lo dejan y otras llegan;
cambian las flores que se siembran,
cambia el barro que se modela,
cambia el dibujo cuando se colorea,
cambia la roca que el agua golpea,
cambian las personas con el paso del tiempo,
cambia lo que uno sostiene y también lo que suelta,
cambian los pensamientos con las experiencias,
cambian los sentimientos de acuerdo a las vivencias,
cambia lo que cuidas o lo que descuidas,
cambia todo y muchas veces ni nos damos cuenta…
Aprendí, que a veces es difícil reconocer que algo ha cambiado,
tal vez porque tenemos miedo de asumirlo…
Aprendí que los cambios pueden hacer que se gane o se pierde,
que se fortalezca o que se quebrante,
que sea el comienzo o el fin,
que para bien o para mal,
Kary Rojas
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