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Miedo: cuando el mundo se detiene


Hace que todo el resto del entorno entre en un compás de espera hasta que ese peligro sea resuelto de alguna manera
El miedo es uno de esos estados emocionales que hace que el mundo se detenga, que todo el resto del entorno entre en un compás de espera hasta que ese peligro sea resuelto de alguna manera.
Vivimos en un estado emocional. Cuesta imaginar cómo sería nuestra vida sin alegrías, tristezas, enojos o miedos. Las emociones constituyen una parte crítica de nuestra experiencia que adhieren color a nuestros estados mentales e influyen en nuestras conductas. También son claves para nuestra memoria, para tomar decisiones, para ayudarnos a evitar el dolor y a buscar el placer. En todo aquello que nos resulta importante están involucradas las emociones. Los antiguos griegos las llamaban "pasiones" y son las que nos emparentan con nuestras raíces animales. Nos atan a nuestro pasado evolutivo (tenemos hambre, miedo, instintos sexuales) pero, al mismo tiempo, nos hacen únicos dentro del reino animal.
El miedo es uno de esos estados emocionales que hace que el mundo se detenga
La emoción es un proceso influido también por nuestro pasado personal que produce cambios corporales y de comportamiento. El estudio moderno de la emoción comenzó con Charles Darwin. Él fue quien se dio cuenta de que algunas emociones (el miedo, la tristeza, la alegría, la sorpresa, la ira y el disgusto) estaban presentes en diferentes especies animales y eran homólogas a las emociones humanas. Hoy sabemos que las estructuras cerebrales fundamentales para el procesamiento emocional son arquitectónica y funcionalmente muy parecidas en todos los mamíferos y hay quienes sostienen que estructuras similares se pueden encontrar también en reptiles, pájaros y peces. En otras palabras, la detección eficiente de estímulos relacionados con la supervivencia (como la presencia de alimentos, de potenciales parejas o de predadores) es algo que se fue desarrollando durante millones de años y que no se modificó demasiado. La diferencia entre los seres humanos y otras especies radica en el procesamiento de esas emociones (en especial en términos de "sentimientos"). Esto se debería al desarrollo de otras capacidades mentales complejas y su interacción con el sistema más "primitivo" de procesamiento de estímulos de relevancia biológica involucrados en la supervivencia de la especie. Además de las emociones básicas, hay emociones secundarias como la culpa, la vergüenza y el orgullo, que dependen del contexto cultural y social.
El psicólogo estadounidense Paul Ekman descubrió que ese set de emociones básicas de las que hablaba Darwin estaba presente en diferentes culturas. Fue así que realizó investigaciones transculturales en una tribu en Papúa Nueva Guinea cuyos integrantes nunca habían tenido contacto con Occidente. Estos miembros de una cultura aislada podían reconocer las expresiones emocionales cuando veían la foto de alguien con quienes nunca habían estado familiarizados. Y no sólo eso: cuando les pedía que representaran esas emociones, ellos podían hacerlo sin complicaciones. La conclusión de Ekman fue la siguiente: si estas emociones básicas tenían rasgos faciales distintivos y estaban presentes en todas las culturas humanas, deberían contar con un sello biológico.
La emoción es un proceso influido también por nuestro pasado personal que produce cambios corporales y de comportamiento
De estas emociones básicas, sin dudas la que se ha estudiado con mayor detalle a lo largo de las últimas décadas ha sido el miedo. El miedo es un estado emocional negativo generado por el peligro o la agresión próxima. Como referimos en los primeros renglones, cualquier otro estado emocional puede ser pospuesto; el miedo, no. Uno tiene que responder al miedo de manera inmediata; por lo tanto siempre se halla privilegiado en relación a otras emociones. La amígdala, un pequeño núcleo de neuronas situado en los lóbulos temporales de nuestro cerebro, desempeña un papel crucial en la detección y expresión de ciertas emociones, pero particularmente en el miedo. Individuos con lesiones en esta parte del cerebro tienen dificultad en reconocer expresiones de miedo en otras personas y presentan un déficit en su "memoria emocional", es decir, carencia de memoria para eventos pasados personales que tuvieran una connotación emocional, especialmente negativa.
¿Cómo podríamos caracterizar la secuencia de eventos que nos suceden cuando sentimos miedo? Imaginemos el caso extraordinario de que un tigre hambriento entra en nuestra casa. ¿Qué es lo primero que nos sucede? Sin dudas, los cambios en nuestro cuerpo como el aumento de la frecuencia cardíaca y la sensación de terror y pánico. Estos dos procesos son diferenciables: el primero podemos medirlo de manera objetiva; el segundo, a través de un autorreporte que nos brinda la misma persona que lo experimenta, es decir, del procesamiento de la emoción. Ante un estímulo amenazante, se activa la amígdala, que actúa como una central de alarma en nuestro cerebro y se inicia una respuesta que involucra a nuestro organismo para la huida o la defensa.
Los humanos además contamos con un sistema más elaborado para protegernos: la ansiedad. El miedo (detectar y responder al peligro) es común entre las especies. Sin embargo, la ansiedad (técnicamente se llama así a un estado emocional negativo en el que la amenaza no está presente, pero es anticipada) depende de habilidades cognitivas que solamente han sido desarrolladas en el humano. Esta característica está dada por la habilidad única que tenemos los seres humanos de poder revisar el pasado y proyectar el futuro. Es así que podemos vislumbrar varios escenarios posibles en el futuro y recrear, a la vez, eventos del pasado que podrían haber ocurrido pero que no existieron realmente. Esta capacidad de proyección sobre el pasado y el futuro le ha otorgado a los seres humanos un instrumento crucial para su supervivencia: resolver antes de que sea tarde, prepararse antes de que el peligro se haga presente.
La diferencia entre los seres humanos y otras especies radica en el procesamiento de esas emociones (en especial en términos de "sentimientos").
Pero, ¿qué pasa cuando experimentamos ansiedad frente a eventos que no son peligrosos en sí mismos? La ansiedad genera que, ante riesgos imaginarios, el sistema de alarma igual se dispare. Un ejemplo clásico es el siguiente: supongamos que estamos caminando por la calle y, súbitamente, aparece un ladrón que nos amenaza y nos roba la billetera. En esa vivencia sin duda experimentamos cambios corporales concretos como respiración agitada, palpitaciones, sudoración, entre otros síntomas. Esa reacción es el miedo. Un tiempo después, nos encontramos caminando por el mismo lugar y, aunque nadie nos amenaza ni nos roba, nos preocupa encontrarnos con un ladrón. La experiencia de transitar por ese mismo camino nos llena de preocupación.
Ese sistema de alarma puede no funcionar correctamente cuando no anticipa un peligro inminente, como en el caso antedicho de lesiones en el lóbulo temporal. Pero también cuando empieza a detectar peligros donde no los hay y a evaluar los riesgos en exceso. Esto último es lo que ocurre en los trastornos de ansiedad, los desórdenes psicopatológicos más comunes en las sociedades modernas. El factor común de esta patología es la evaluación exagerada de los peligros del ambiente, el miedo que paraliza. Una ilustración literaria de esto es la que narra el protagonista de "El corazón delator" de Edgar Allan Poe: "¡Es cierto!", así comienza el cuento, "Siempre he sido nervioso, muy nervioso, terriblemente nervioso. ¿Pero por qué afirman ustedes que estoy loco? La enfermedad había agudizado mis sentidos, en vez de destruirlos o embotarlos. Y mi oído era el más agudo de todos. Oía todo lo que puede oírse en la tierra y en el cielo. Muchas cosas oí en el infierno."
Uno tiene que responder al miedo de manera inmediata; por lo tanto siempre se halla privilegiado en relación a otras emociones

El miedo también afecta nuestra vida en sociedad, como sostiene el neurocientífico de la Universidad de Nueva York, Joseph Ledoux, quien postula: "El miedo puede, definitivamente, modular las situaciones sociales. Maridos, esposas, padres y profesores usan el miedo igual que los políticos para conseguir objetivos sociales. Éste no es un juicio de valor. Es justamente lo que hacemos. Sería mejor si usásemos formas menos aversivas de motivación pero precisamente porque el miedo funciona tan bien, es por defecto lo que más usamos". Sería mejor, sin dudas, que ciertas emociones básicas positivas nos guiaran en las construcciones interpersonales y sociales de gran escala. Hay muchos ejemplos de esto en la historia y seguramente los habrá en el futuro. El miedo no moviliza, más bien todo lo contrario, encuentra su provecho en el toque de queda. Es a través del terror extremo como se construyen los sistemas autoritarios: la amenaza permanente a quienes no adscriben al mismo, el temor a la pérdida de la integridad. Esa estrategia primitiva de coerción dista mucho de lo que las sociedades modernas y democráticas mantienen como ideal. La comunidad solidaria que deben constituir las naciones tiene que ver también con saber curarnos los espantos los unos a los otros, y que, en todo caso, el que persevere sea aquel que supo cantar García Lorca: el miedo a perder la maravilla.
Por  | Para LA NACION
                                            

Frases


Falsa felicidad

En poco más de dos minutos, un cineasta noruego logró capturar cómo nadie es tan feliz como lo parece en su biografía de la red social creada por Mark Zuckerberg.


El director Shaun Higton ha realizado el corto ' What's on your mind?' donde cuenta la vida de Scott Thomson, un hombre que comparte en Facebook una vida perfecta y maravillosa que nada tiene que ver con la realidad en la que vive.

Nadie es tan feo como lo parece en la foto del documento, ni tan feliz como lo aparenta en Facebook. El llamado "Síndrome de quedarse afuera", o "FoMO" (en inglés, "Fear of Missing Out"), es cada vez más común gracias a lo divertida, sana y satisfactoria que parecen las vidas de los usuarios en las redes sociales y un corto noruego resumió toda la situación en apenas dos minutos y medio.


Con la simple premisa de Facebook de "¿En qué estás pensando?", el corto "What's on your mind?", dirigido y producido por el cineasta noruego Shaun Higton, se convirtió en un éxito en la web con más de 3,7 millones de reproducciones en You Tube, donde fue publicado el 2 de junio pasado.


De hecho, a Higton se le ocurrió la idea para la historia al ver el exceso de efusividad de sus contactos, según explicó al sitio español 20 Minutos. "Facebook puede ser un lugar deprimente porque uno ve que la vida de los otros es mucho mejor que la propia. ¿Pero son realmente tan felices?", plantea el director.

La historia muestra a un hombre que descubre cómo "vender" la mejor imagen posible en las redes sociales sólo para después percatarse de que las apariencias engañan a todo el mundo... menos a quien las mantiene.

Nada te turbe


Nada te turbe,

Nada te espante
todo se pasa
Dios no se muda
La paciencia todo lo alcanza
quien a Dios tiene nada le falta
Sólo Dios basta.

Eleva el pensamiento,
al cielo sube,
por nada te acongojes,
nada te turbe.

A Jesucristo sigue con pecho grande,
y, venga lo que venga
nada te espante.

¿Ves la gloria del mundo?
es gloria vana;
Nada tiene de estable,
todo se pasa.

Aspira a lo celeste, que siempre dura;
fiel y rico es promesas,
Dios no se muda.

Ámala cual se merece,
Bondad inmensa;
pero no hay amor fino sin la paciencia.

Confianza y fe viva mantenga el alma,
que quien cree y espera todo lo alcanza.

Del infierno acosado aunque se viere,
burlará sus furores quien a Dios tiene.

Vénganle desamparos, cruces, desgracias;
siendo Dios su tesoro, nada le falta.

Id, pues, bienes del mundo,
Id, dichas vanas;
aunque todo lo pierda
Sólo Dios basta.


Santa Teresa de Jesús

Disfrutar mas haciendo menos - Ansiedad

Fuente: El Pais Semanal                                                                         Autora: Miriam Subirana
A menudo nos pasa que con la mente queremos controlar y dirigir tanto lo que deseamos conseguir, que generamos agotamiento y nos desconectamos de nuestras capacidades naturales. Con lo cual trabajamos mucho, con la mente agitada y el cuerpo pesado, lo que provoca pérdida de vitalidad. Hacemos más y más, con listas interminables y, a pesar de nuestros mejores esfuerzos, queda por hacer. Siempre hay nuevas fronteras que conquistar, y los desvelos interminables y la agitación mental no cesan. Además, con la fatiga, perdemos inspiración. “No puedo más, estoy agotado de pelear las batallas de la vida en cada frente, en un duro intento de tirar para adelante”, me decía una persona durante una sesión de coaching. Sea por correr tras el éxito, por luchar por mantener los logros que ha conseguido o por prevenir el fracaso…, todo es bastante estresante.
Ponemos un tremendo ahínco en intentar que los acontecimientos ocurran de la manera que tenemos previsto, y el resultado es que a menudo la vida no se somete a nuestro tesón. Si somos capaces de no forzar las cosas, dejamos que se desarrolle con mayor armonía. Al soltar y soltarnos nuestro potencial se expresa mejor. Si estamos ansiosos y forzamos, hay resistencia. En cambio relajando, nos abrimos de manera natural. Con menos esfuerzo logramos más.

Cuando puedes estar aquí para ti mismo,
restableces un orden básico que te permite hacer las paces contigo mismo”
Thích Nhat Hanh
Los invitados de María querían té e infusiones. Así que puso el agua sobre el fuego, y a cada poco levantaba la tapa del cazo para ver si ya hervía. Con la ansiedad de querer lograrlo lo más rápido posible, retrasaba la ebullición. Éste es un ejemplo sencillo de lo que a menudo hacemos con la mente. Queremos que las cosas ocurran más rápido, y nos esforzamos para ello, con lo cual pensamos demasiado, hacemos más y logramos menos o retrasamos los logros.
No se trata de bajar los brazos, sino de ser capaces de revertir la tendencia a pensar demasiado, a realizar las cosas con ansiedad y a estar cansados antes de iniciar el trabajo. Uno quiere relajarse, pero no sabe cómo soltar sus autoexigencias en los miles de detalles que considera debería haber hecho ayer. Y cuando se fuerza a ralentizar, se siente culpable.

Con uno mismo

LIBROS
‘Focus’
Daniel Goleman (Kairós)
‘Estás aquí. La magia del momento presente’
Thich Nhat Hanh (Kairós)
‘El poder del ahora’
Ekhart Tolle
‘La práctica de la atención plena’
John Kabat-Zinn (Kairós)
‘Inteligencia intuitiva’
Vanessa Mielczareck (Kairós)
‘Do less, achieve more. Discover the hidden power of giving in’
Chin-Ning Chu (Harper Collins Publishers Inc. New York)
El objetivo está en equilibrar. Disfrutar de lo que realizamos y mantener la mente contenta nos permite esforzarnos sin estrés. Para ello hemos de vivir conectados con lo que nos proporciona vitalidad, lo que nos apasiona y motiva. La ansiedad y las tensiones nos apagan. Con lo cual hacemos más y logramos menos. Si trabajamos contentos, cada día nos aporta nuevas perspectivas sobre cómo afrontar sus proyectos. Uno se mantiene abierto, con espacio mental para ser intuitivo. Gran parte de la realidad que vive está en su propia mente. Por esto Buda preguntaba a sus discípulos: ¿está seguro de sus percepciones? Muchas de las percepciones, según Buda, son falsas. Deberíamos formularnos a menudo la pregunta que planteaba el sabio.
Cultive una mente agradecida que no permita que las percepciones negativas nublen su mirada. En vez de enfocarse en lo que le falta, en lo que va mal, empiece a agradecer porque esa actitud abre la mente y amplía nuestra capacidad para lograr más haciendo menos. Gastamos menos energía vital que de otra manera se perdería por la ansiedad, el estrés y la resistencia a lo que es.
Si su mente complica y retuerce las cosas creando una realidad pesada, sentiría angustia aunque estuviera en el paraíso. Si su mente no es su amiga y sigue quejándose en una actitud crítica saboteadora, boicoteará sus logros positivos. La mente puede convertirse en su amiga o en su peor enemiga, creando paraísos o infiernos internos. Siendo rehén de ella, no importa lo bien que actúe, nunca se sentirá satisfecho. Vivirá en un estado de masoquismo en el cual se maltrata a sí mismo en vez de cuidarse y velar por su propia vitalidad.
Debemos encontrar “el ojo del huracán”, ese espacio en el cual hay quietud en nuestro interior. Puede visualizar un mar tranquilo con un horizonte amplio, y en ese espacio inmenso deje que su mente descanse.
Priorizar y concentrarse en una sola idea ayuda a calmarse y a centrarse en lo esencial. Si su cerebro corre como un caballo salvaje, escriba sus ideas y vaya centrándose en las que merecen la pena ahora. Escribir ayuda a aclararse. Si no se enfoca internamente, permite todo tipo de distracciones. No son las circunstancias y las personas las que vienen a distraerle, sino que es usted quien permite que lo hagan.
¿Está tan preocupado por el futuro que el presente lo vive como un mero medio para llegar hasta allí? Enfóquese en lo que tiene entre manos y no en el tiempo. Simplifique. Tener claro lo prioritario y centrarse en ello le ayudará a lograr más ahorrando esfuerzos.

Mi pasatiempo favorito es dejar pasar
el tiempo, tener tiempo, tomarme mi tiempo, perder el tiempo, vivir a contratiempo”.
Francçoise Sagan
Incluya en su agenda tiempos para imprevistos. Si finalmente no surge ninguno, dispondrá de un espacio para respirar conscientemente y relajarse, para llamar a un amigo… Si finalmente aparece algo inesperado, no tendrá que correr ni estresarse.
También permítase ir a las reuniones, dirigirse a coger aviones o trenes de una forma relajada. Lo que aparentemente puede parecer una pérdida de tiempo, nos ahorra el estrés de no llegar o de tener que dar explicaciones por nuestra tardanza.
Patricia siempre llega tarde a las reuniones, y cuando lo hace está estresada. Da justificaciones de sus retrasos. Por querer apurar hasta el último minuto, acaba desgastándose, cansándose, y quedando mal. Hace más y logra menos. Comprender el tiempo es vital para hacer menos y lograr más. Hacer las paces con él es hacer las paces con uno mismo. No se trata de gestionarlo, el tiempo está siempre lleno de abundancia y potencial, y el reloj hace tic tac sin pedirnos que lo hagamos. Lo que debemos administrar es nuestra mente y nuestra acción. Estemos presentes en lo que hacemos y pensamos. Si está lavándose los dientes, hágalo conscientemente y no pensando en muchas otras cosas. Si camina, dé un paso tras otro conscientemente y con atención. Así no tropezará. Y conseguirá revitalizarse.
Por temor a no tener suficiente, hacemos mucho más innecesariamente, hasta el punto de rompernos. Muchos de nuestros miedos surgen del pánico a morir: el miedo a asumir riesgos, al compromiso, a tomar decisiones, a equivocarse, al fracaso, a la confrontación, a ser rechazado, a la soledad, a la vida, al propio miedo. Contemplar la muerte nos mantiene centrados en lo que es esencial. Nos ayuda a poner los problemas en una perspectiva adecuada. Disminuye nuestro nivel de estrés, nos ayuda a estar desapegados de las pérdidas y las ganancias. El cómo vivimos cada instante nos importa y gozamos más de cada momento.

Cuantos más miedos tenga por su supervivencia, más errores tenderá a cometer”
Ching-Ning Chu
Sin duda la vida en la que estamos inmersos se hace cada vez más compleja, con bombardeo de datos e información, con lo cual la lógica simple no suele ser suficiente para ayudarnos a tomar decisiones complejas. La consultora y escritora Chin-Ning Chu compartió a finales del siglo pasado que “la Universidad de Harvard y la escuela de negocios INSEAD en París realizaron investigaciones que dieron como resultado que las dos herramientas más efectivas para el siglo XXI son la meditación y la intuición”. Temas que se han tratado en artículos publicados en esta misma revista.
Con la práctica de la meditación calmamos, aclaramos y nos conectamos con la fuente de vitalidad. Ahorramos tiempo. Con lo cual la excusa de “no encuentro momentos para meditar” es infundada. Medite y tendrá más espacio para vivir lo que es esencial, para disfrutar y hacer bien lo que quiere hacer. Ábrase a la intuición, la voz de la sabiduría interior, la mentora que en momentos complicados nos guía para tomar decisiones estratégicas.

No se trata de cantidad

Nuestra sociedad alaba estar ocupados. Lo asociamos con el éxito. En chino la palabra ocupado consiste en dos partes, una simboliza el corazón humano, otra la muerte. Si uno está extremadamente atareado es como si su corazón estuviera muerto. No tiene tiempo de sentir ni de sentirse. No se asombra de las maravillas de la vida, ni goza el instante presente. No escucha ni se escucha. Uno está muy agobiado, no para de hacer, pero si no está contento y su mente no está satisfecha ¿adónde va?, ¿qué busca?, ¿qué hará para estar contento?
Si lo que realizamos es de calidad y actuamos con atención, en consciencia plena, aunque aparentemente hagamos menos, viviremos una vida más digna, más saludable y con mejores resultados.

A veces las Parejas se vuelven Desparejas...

La esencia de la Vida es la evolución, el cambio, el movimiento, el avance... es imposible mantenerse en inmovilidad mucho tiempo sin que nos pase factura en forma de enfermedad, conflictos personales o sociales... 

En el ámbito familiar, el problema surge cuando una parte de la pareja avanza y la otra se queda atrás, estancanda. Se crea una distancia enorme entre los dos miembros de la pareja. La pareja que hasta hace unos años tenían un lenguaje común, ahora ya no encuentran un diccionario, si quiera, que les permita comprenderse. 

Generalmente, lo que me observo es que la mujer, a menudo impulsada por la maternidad (pero no siempre), desea un cambio profundo en su vida: encontrar su lugar, su vocación, dar vía libre a todo ese potencial dormido que las costumbres, la educación, la represión... dejó encerrado. 

Hay un momento en la vida de las mujeres en las que se abren, y estan dispuestas a florecer, le pese a quien le pese. La otra parte de la pareja (generalmente un hombre, aunque no siempre) quizá no sienta esa necesidad profunda de cambio. Él está bien, cómodo con lo conocido, sin desear cambiar y sin comprender qué impulsa a su compañera en esos cambios tan radicales. Y es normal que surja el miedo en ambas partes: El miedo de ella a volar y dejar atrás una vida de convencionalidades y protección; el miedo de él a perder aquello que consideraba parte de su vida. El miedo de ella al dar sus primeros pasos como una persona tan diferente; el miedo de él a no estar a la altura y sentirse exigido a ser como no es. Se abre entonces la posibilidad de la separación. 
Una separación dolorosa ya que se han de revisar los patrones de dependencia y, además, suele haber niños.

Es difícil tener una solución, una respuesta. Creo que lo interesante no es el final de esta situación sino el proceso de autoconocimiento, la tarea profundamente respetuosa con uno mismo y con el otro de descubrir los patrones de dependencia y las respuestas que, a pesar del dolor, nos harán crecer más libres y sabios. 


Y es que, la crisis puede ser la gran oportunidad. 

Fuente:http://estudiosobreelutero.blogspot.com.ar/

El espejo de las relaciones, la luz y la sombra - Reconocer lo que hay en nosotros

Tanto aquellos a quienes amamos como aquellos por quienes sentimos rechazo, son espejos de nosotros.
¿Hacia quiénes nos sentimos atraídos?
Hacia las personas que tienen características similares a las nuestras, pero eso no es todo. Queremos estar en su compañía porque subconscientemente sentimos que al hacerlo, nosotros podemos manifestar más de esas características.

Del mismo modo, sentimos rechazo hacia las personas que nos reflejan las características que negamos en nosotros.
Si sientes una fuerte reacción negativa hacia alguien, puedes estar seguro de que tú y esa persona tienen características en común, características que no estás dispuesto a aceptar. Si las aceptaras, no te molestarían.
Cuando reconocemos que podemos vernos en el otro, cada relación se convierte en una herramienta para evolución de nuestra conciencia.
Gracias a esta evolución experimentamos estados extendidos de conciencia.
La próxima vez que te sientas atraído por alguien, pregúntate qué te atrajo. ¿Su belleza, gracia, elegancia, autoridad, poder o inteligencia?
Cualquier cosa que haya sido, sé consciente de que esa característica también florece en ti.
Si prestas atención a esos sentimientos podrás iniciar el proceso de convertirte en ti más plenamente.
Lo mismo se aplica hacia quien sientes rechazo.
Al adoptar más plenamente tu verdadero yo, debes comprender y aceptar tus características menos atractivas.

La naturaleza esencial del Universo es la coexistencia de valores opuestos.
No puedes ser valeroso si no tienes a un cobarde en tu interior; no puedes ser generoso si no tienes a un tacaño; no puedes ser virtuoso si no tienes la capacidad para actuar con maldad.
Gastamos gran parte de nuestras vidas negando este lado oscuro y terminamos proyectando esas características oscuras en el otro.
¿Has conocido personas que atraigan sistemáticamente a su vida a los sujetos equivocados? Normalmente, aquéllas no comprenden por qué les sucede esto una y otra vez, año tras año.
No es que atraigan esa oscuridad; es que no están dispuestas a aprobarlas en sus propias vidas. Un encuentro con una persona que no te agrada es una oportunidad para aceptar la paradoja de la coexistencia de los opuestos; de descubrir una nueva faceta de ti.
Es otro paso a favor del desarrollo de tu ser espiritual.
Las personas más esclarecidas del mundo aceptan todo su potencial de luz y oscuridad.

Cuando estás con alguien que reconoce y aprueba sus rasgos negativos, nunca te sientes juzgado. Esto sólo ocurre cuando las personas ven el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto, como características externas.
Cuando estamos dispuestos a aceptar los lados luminoso y oscuro de nuestro ser, podemos empezar a curarnos y a curar nuestras relaciones.
Todos somos multidimensionales, omnidimensionales. Todo lo que existe en algún lugar del mundo también existe en nosotros.
Cuando aceptamos esos distintos aspectos de nuestro ser, reconocemos nuestra conexión con la conciencia universal y expandimos nuestra conciencia personal.
Una vez que puedas verte en el otro, será mucho más fácil establecer contacto con el y, a través de esa conexión, descubrir la conciencia de la Unidad.
Éste es el poder del espejo de las relaciones.
Deepak Chopra


A mi entender todo lo expuesto tiene claros fundamentos psicologicos mas que espirituales, pero mas alla del enfoque es una clara explicacion de causas y efectos. Destaco que la clave es primero el reconocimiento y la aceptacion para comenzar el cambio hacia una persona mas comoda consigo misma y en congruencia con lo que dice, piensa, siente y desea.