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Desilusion


Todo lo que en esta vida se hace por primera vez resulta difícil, nos puede hace sufrir y nos puede lastimar; es la dificultad que tiene todo aprendizaje.
El amor adolescente es generalmente doloroso y a la vez maravilloso. Es como un estado de permanente gozo, incluso aunque el otro no esté presente, diría que aunque parezca increíble, es más extraordinario aún cuando no está el otro.
Porque el primer amor es más una idea platónica que una realidad concreta, es enamorarse del amor que esa persona representa.
El sólo hecho de evocar al ser amado hace sentir sensaciones de placer inigualables y lo único que se desea es volver a verlo; pero es la idea la que se anhela, que siempre supera a la persona real y que suele no estar nunca a la altura de ese sentimiento de adoración.
Es un estado de ceguera total porque no se puede ver claro y sólo se percibe lo que se quiere ver, alguien que en realidad no existe pero que se encarna en un ser de carne y hueso que no se parece en nada a ese ideal. 
Las hormonas son las que impulsan a tomar decisiones erróneas, a confiar en personas que todos saben que no son dignas de crédito, a dar pruebas de amor, a entregarse sin reservas pensando que es una oportunidad única para sentirse transportado al cielo.
Sin embargo, para una mujer, no siempre esta relación suele ser un vínculo tan placentero como creen, debido a que los jóvenes en general tampoco tienen experiencia y no saben cómo tratar al otro sexo.
Es generalizado el hecho que el primer acto sexual para una pareja de principiantes no resulta satisfactorio; y no sólo el primero sino también los subsiguientes si el hombre no sabe hacer el amor y sólo se satisface él mismo, como ha ocurrido durante muchas generaciones y lamentablemente sigue ocurriendo en la actualidad a pesar de la libertad sexual.
El sexo no es fácil, es difícil para los humanos en general, cuyas relaciones sexuales, a juzgar por mi vasta experiencia terapéutica, y también por los muchos elocuentes comentarios dejados en este blog, dejan mucho que desear.
Para muchas mujeres, el acto sexual en si mismo no resulta placentero, por muchas razones.
Los jóvenes pueden tener sexo en cinco minutos, las mujeres no; y esa diferencia es el gran centro del problema de la gran mayoría.
Para muchos hombres el sexo en cualquier lugar, sin ninguna preliminar y sin importar demasiado quien sea la partenaire, suele ser suficiente para él, aunque el otro se quede mirándolo y preguntándose qué fue eso.
Sólo si un hombre ama a su pareja puede tomarse el tiempo que sea necesario para enseñarle a disfrutar del sexo y esto sólo depende del hombre.
Las relaciones sexuales ocasionales suelen ser dolorosas y frustrantes para una mujer, sin embargo, la baja autoestima sigue ocasionando estragos y produciendo embarazos no deseados.
Estos embarazos pueden ser evitados con facilidad, dándole la importancia que tiene el sexo y no teniendo relaciones sexuales sin antes haber tomado precauciones para no sufrir las consecuencias.
Cuando una pareja está enamorada, antes de llegar a la intimidad, deberá actuar en forma responsable y elegir el método anticonceptivo que les resulta a ambos más adecuado.
Una mujer que se atreve a poner condiciones y demuestra que se respeta a si misma, es más digna de ser respetada y considerada que otra que decide comportarse impulsivamente a la ligera.
El primer amor enseña que el amor verdadero es más placentero y sereno. No incluye ni angustia ni ansiedad, ni la inquietud del abandono después de haber sido tratada como un objeto; porque es un amor compartido, cuando ambos se comprometen a enfrentar la responsabilidad que implica un vínculo serio.

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