Buscar este blog

El gran poder de la ACEPTACIÓN

En la antigua China imperial, un granjero pobre despertó un día y vió que su único caballo había escapado.
Sus vecinos, solidarios, vinieron a expresarle sus condolencias. Él simplemente se encogió de hombros y con una sonrisa dijo "¡En fin!".
Pocos días después su caballo regresó, trayendo con él toda una tropilla de bellísimos caballos salvajes. Sus vecinos acudieron a felicitarlo y celebrar su buena fortuna. Una vez más, él se encogió de hombros con una sonrisa y dijo "¡En fin!".
Tratando de domar uno de los caballos, su hijo se cayó y se quebró una pierna. Sus vecinos, solidarios, vinieron a ofrecer su ayuda y a expresarle sus condolencias. Una vez más el granjero se encogió de hombros y sonrió: "¡En fin!".
Unos días después pasaron los soldados del emperador, reclutando jóvenes para la guerra. Como el hijo del granjero estaba en cama con la pierna rota, se salvó. Como siempre, sus vecinos acudieron a felicitarlos y celebrar su buena fortuna, y como siempre, el granjero se encogió de hombros y dijo soriendo: "¡En fin!".

Uno podría prejuzgar que la actitud del granjero se debía a la apatía, la indiferencia, la insensibilidad... a la RESIGNACIÓN... pero en realidad se debía a LA ACEPTACIÓN.

¿Cuál es la diferencia? LA ACEPTACIÓN DA PODER. La resignación nos lo quita.

La ACEPTACIÓN viene de entender que existe un plan para nuestra vida, el cual es parte del plan mayor de la vida, y que, en última instancia, todo está bien en este momento presente, en función de ese plan.
(Pero atención: el plan es nuestro, no de alguien más *)

La RESIGNACIÓN, en cambio, implica creer que somos seres impotentes, a merced de fuerzas poderosas que se sirven de nosotros para sus propios planes, o simplemente seres abandonados a la deriva, al azar, en un universo sin sentido.
Como dice Chopra, este momento presente es el resultado de una suma infinita de sucesos y razones que provienen de cada ser del planeta, y hasta de los rincones más remotos del cosmos. Luchar contra el presente es luchar contra todos esos sucesos: absurdo, inútil, e imposible.
Aceptar el presente tal cual es, en cambio, no sólo es lo más sensato que podemos hacer, sino que libera una gran cantidad de energía que de otro modo estaríamos desperdiciando en la resistencia.
PERO ATENCIÓN: aceptar el presente NO EXCLUYE decidir CAMBIAR EL FUTURO, y trabajar por ello. Esa es la gran diferencia. Esa es la ACEPTACIÓN que nos da PODER: Aceptamos el presente, y trabajamos por cambiar el futuro.
Y cuando el futuro llegue, lo aceptamos, y seguimos trabajando por cambiar el resultado de los momentos que vendrán. A cada momento podemos empezar de nuevo, tomar nuevas decisiones en base a lo que hemos aprendido. A cada momento tenemos una nueva oportunidad, en un movimiento siempre ascendente, positivo, evolutivo... más allá de los aparentes "retrocesos" y resultados "negativos" parciales como los que ejemplifica el cuento.

¿Y qué hay que hacer para vivir así? SIMPLEMENTE DECIDIRLO. Y luego sostenerlo, por supuesto.
No hay que ser genio, ni sabio, ni mago ni super héroe para vivir asi. Es simplemente una cuestión de CAMBIAR NUESTROS ESQUEMAS MENTALES. Cambiar el PARADIGMA con el que interpretamos nuestra vida.

Por último quiero intentar aclarar en pocas palabras cómo veo yo el tema de "el plan *" para nuestra vida: Muchas personas eligen creer que "Dios tiene un plan" para sus vidas, que no lo eligieron ellos, que deben aceptarlo y cumplirlo, y en muchos casos incluso descubrirlo. Muchos pasamos una buena parte de nuestra vida tratando de descubrir qué quiere Dios de nosotros.

Yo ya no concuerdo con esta visión. Yo creo que "Dios" (por usar un término universal, aunque para mi es un término que genera muchos equívocos) es el origen de la vida y de todo lo que existe, y es amor incondicional, Y PUNTO. Para mi Dios "ES", pero NO HACE. Luego creo que cada alma individual viene de Dios, y volverá a Dios cuando termine su viaje de autoexpresión y autoconocimiento, pero ese viaje se desenvolverá de acuerdo a SU PROPIO PLAN (que en última instancia, por supuesto, es parte del plan de Dios, o de la vida).

No me considero un sabio ni nada parecido, pero sí alguien que ha dedicado la mayor parte de su vida a indagar la verdad en la obra de muchos que sí eran sabios, ha meditado y continúa meditando en ello la mayor parte de sus días, con la mayor objetividad y sinceridad posible, y tratando de evitar las trampas del dogma y otras trampas, y lo que escribo en este blog es, en pocas palabras, lo que he llegado a saber (hasta ahora, pues sigo buscando y pensando).

La ACEPTACIÓN deriva entonces de aceptar, desde tu personalidad, tu ego limitado, el plan mayor que TU ALMA ha elegido para esta encarnación, aunque no alcances a comprenderlo del todo. Y ESO ES LO QUE TE DA PODER.

No hay comentarios:

Publicar un comentario