Nuestras creencias, son la parte fundamental de nuestra vida. Lo que creemos, se manifiesta; nuestros pensamientos son órdenes que serán obedecidas y las veremos reflejadas en nuestra vida como experiencias. Si piensas en miedo, en carencias, en desamor y fracaso, actuarás como un imán para ello, atrayéndolo de manera natural, instantánea, convirtiéndose en tu realidad inmediata.
Exactamente lo mismo pasa cuando pensamos en dinero, amor o éxito, éstos vendrán de manera fácil, casi sin buscarlos provocando milagros diarios en nuestra vida. Los pensamientos del presente, crean nuestro futuro. El pensamiento y las palabras van juntos, ambos contienen vibraciones energéticas que atraen lo que llaman, sucesos de la misma calidad de sus vibraciones.
Los pensamientos son sólo eso, y pueden cambiarse, nosotros tenemos el poder de hacerlo, es sólo una programación. Nosotros somos los únicos responsables de la vida que nos hemos construido, no podemos culpar al destino, a nuestros padres a la suerte o a Dios; si aceptamos nuestra responsabilidad, nos estaremos dando la oportunidad de elegir un cambio consciente, que no nos permita volver a nuestras creencias negativas y desde luego a nuestra vida llena de sacrificio y sufrimiento.
Si analizamos las afirmaciones anteriores, nos daremos cuenta que las podríamos resumir en una sola frase: Baja autoestima. Es el resultado de no valorarnos como personas, como trabajadores, como seres capaces de inspirar amor, admiración, etc. Es lo que nosotros creemos y es lo que estamos viviendo.
Nuestra vida actual, es reflejo de un pasado arraigado a nosotros. Las experiencias que vivimos, nos hicieron pensar que así era la vida. Lo que vimos en nuestro entorno, nuestra sociedad y los acontecimientos, fueron la influencia que nos dieron un patrón determinado de pensamientos.
Nuestros padres son la principal fuente de creación en nuestro patrón de creencias. Si tuvimos la suerte de vivir en un hogar lleno de amor, de unión y felicidad, ¡tenemos parte del camino ganado! y habrá poco que restaurar. Pero si pertenecemos a una familia agresiva, que nos repitió incontables veces "Eres un inútil" "Nadie se va a fijar en ti" "El éxito es para los ricos" "Los hombres no lloran" etc., entonces te darás cuenta, que una gran lista de estas ideas limitantes están construyendo tu realidad actual y que aparte tienes que luchar contra una gran dosis de resentimiento, culpa y rencor, no sólo hacia tu familia, sino también hacia ti mismo y hacia el mundo entero.
Nuestros padres hacen lo mejor que pueden, con las armas que tomaron en su experiencia con el pasado. Si a ellos no les enseñaron lo que es el amor, no pudieron aprenderlo y por consecuencia no te lo pudieron enseñar, en este caso, el amor encierra todo, y entre ello se encuentra el autoestima, una persona con falta de autoestima puede tener muchos matices al manifestarse, desde tener actitudes violentas (para obligar a la gente a la aceptación de sus ideas) como un carácter debilitado y temeroso de enfrentarse a la vida.
En este mundo no hay culpables, todos somos partícipes de un rol que desempeñamos por acuerdo mutuo entre Dios y nosotros. Esto se da desde otros planos. Ahí es donde elegimos la vida que llevaremos aquí en la Tierra, desde la ciudad en la que naceremos, hasta nuestro color de piel, y desde luego, también hemos escogido a los padres que cuentan con los elementos que nosotros necesitamos como aprendizaje. De todo lo malo que hayamos podido absorber, podemos también descubrir que aprendimos cosas buenas.
Los pensamientos son sólo eso, y pueden cambiarse, podemos elegir entre ellos. ¿Cuántas veces te has negado a pensar que eres una persona exitosa? ¿Cuantas veces no has aceptado que puedes inspirar confianza y amor en los demás? En estos casos, tú estás eligiendo estos pensamientos, de la misma manera, puedes elegir, pensamientos contrarios que eleven tu autoestima. El amor hacia uno mismo es parte fundamental en este proceso de cambio y curación. El reconocimiento de nuestro propio poder y de todas nuestras capacidades es el camino para elegir la vida que merecemos vivir. La vida que siempre hemos querido tener pero creemos que no es para nosotros, que no la merecemos.
En la mayoría de los casos, el problema que vemos manifestarse dentro de nuestra vida, no es el verdadero problema, resulta que solo se trata de la manifestación de lo que es el verdadero problema.
No importa el tipo de problema, puede ser que no tengamos suficiente dinero, que estemos enfermos, no tengamos amigos, no conseguimos un buen empleo... en fin. Cualquiera que sea el problema tiene un fondo, una raíz, que a final de cuentas es el mismo en todos los casos.
En base a lo anterior se comentan algunas recomendaciones para mejorar la autoestima de una forma sencilla y eficaz.
Apruébate a ti mismo, ámate a ti mismo, siéntete merecedor de todo lo bueno. La mayoría de las veces, la falta de amor a nosotros mismos le cierra la puerta a cualquier oportunidad que esté por venir. ¿Cuántas veces nos convertimos en comerciantes, vendemos el mejor producto o servicio pero sintiéndonos culpables por cobrarle a la gente? sentimos que le robamos. Esto es desear el dinero, pero creyendo que nuestro trabajo no vale lo suficiente. Es justo aprender a valorarnos a nosotros mismos.
Piensa en todas aquellas cosas que te hagan feliz, haz lo que verdaderamente disfrutes aunque sea una vez por semana. Haz ejercicio a tu propio ritmo. Nutre tu cuerpo y tu mente con los alimentos que tu organismo requiera.
Todo en la vida es aprendizaje, si ya has decidido dar el paso para el cambio, toma en cuenta que entrarás a una etapa de aprendizaje continuo, el reprogramar nuestros pensamientos no se logra de la noche a la mañana, pero tiene el mismo sistema de aprendizaje que cualquier otra cosa, si aprendemos a manejar, un nuevo programa de computadora, etc., todo lleva la misma mecánica, al principio seremos torpes, pero conforme vamos aprendiendo dominaremos el terreno.
Apóyate a ti mismo en todo lo que emprendas, por ejemplo, si hoy tienes que hacer una presentación de algún proyecto ante un grupo de personas, piensa que todo saldrá bien, deja a un lado el miedo. Cuando termines la presentación, no te critiques a ti mismo con frases como "estuve fatal" "¡te equivocaste!" "Si hubiera dejado de temblar y mostrarme tan nervioso"... toda esta crítica solo servirá para que la próxima vez que tengas que enfrentarte a una nueva presentación ¡Te bloquee el miedo!. Sustituye esta crítica por apoyo, por ejemplo "Creo que puedo cambiar algunos puntos", "Vamos a adaptar esto y ajustar aquello", suena distinto ¿verdad?. En este caso estarás afinando puntos que te llevarán a perfeccionar lo que estás haciendo, al no haber sentimiento de frustración estamos eliminando el miedo, porque la próxima vez, estaremos seguros de que nuestro proyecto lucirá mucho mejor con una presentación corregida.
Al principio nos será difícil empezar a entender las leyes del universo y sobre todo como estar acorde con ellas para que las cosas funcionen bien. Esto también es un proceso, es como cuando utilizaste tu computadora por primera vez, al principio te costaba trabajo y "no entendías nada" conforme fuiste aprendiendo y entendiendo los programas las cosas funcionaron mejor, ahora seguramente ya dominarás algunos programas, puedes hacer tus trabajos fácil, digamos que de manera automática, y puedes solucionar problemas sobre la marcha sin ninguna dificultad. Es igual con las Leyes del Universo, en el momento en que empezamos a entender como funcionan, empezamos nosotros a funcionar mejor.
No creas en las limitaciones, no importa que lo que estés deseando parezca imposible, cuando las Leyes del Universo actúan sobre lo que tu deseas, siempre encuentran los caminos para hacértelo llegar, no olvides que tus ángeles siempre están contigo y tienen una mayor visión que nosotros para hacer que las cosas sucedan, solo tenemos que confiar en ellos, tener fe.
Para llevar a la práctica todas estas ideas en la vida diaria y que nuestra vida empiece a funcionar en todos los aspectos, vamos a partir de un principio: "Para cambiar al mundo necesito cambiar yo primero".
Ve por pasos ¿Qué es lo que tienes como prioridad para cambiar? Elige un aspecto de tu vida, pueden ser tus relaciones, tu trabajo, el dinero, en fin. Ya que tengas lista tu prioridad, busca que es lo que no te gusta y analiza si eso que no te gusta es solamente reflejo tuyo. Por ejemplo, si no te sientes a gusto en tu trabajo tal vez sea porque tienes un jefe demasiado intransigente ¿Tu eres así?. Otro ejemplo, si no puedes hacer amigos a largo plazo, tal vez sea porque no confías en ellos, porque sientes que te critican a cada momento ¿Tu criticas a los demás?
Todo lo que nos sucede, nos llega por atracción, es decir, nuestra forma de ser y de pensar atrae personas y circunstancias que son compatibles con nosotros, hay un dicho que dice "Dios los cría y ellos se juntan", y es verdad. Atraemos lo que somos, lo que tenemos a nuestro alrededor es nuestro propio reflejo. Entonces, si quieres que las circunstancias cambien, detente un momento y analiza que es lo que te falta aprender, sobre todo cuando vivimos sucesos semejantes, una y otra vez se repite la historia, por ejemplo, cuando pruebas una y otra vez un noviazgo (con distintas personas) y nunca concluye bien... algo falta por aprender.
Si queremos que nuestros amigos, nuestra familia o nuestros jefes cambien su actitud con nosotros, hay que analizar eso que no te gusta de ellos, seguro es una característica que tu tienes y no te has dado cuenta de ello. La única manera de que las personas cambien con nosotros es cambiando nosotros mismos. De otra manera tu puedes cambiar una y otra vez de amigos, una y otra vez de trabajo, y al final, solamente estarás trasladando los mismos problemas a otro lugar. En el momento en que corrijas tus actitudes, verás como todo se comporta de diferente manera.
El ser humano tiene una capacidad muy grande para ver los defectos de los demás, pero nunca ve los propios, lo maravilloso de esto, es que los defectos de los demás son los nuestros, eso que tanto nos molesta de la gente con la que convivimos es precisamente lo que también nosotros manifestamos y no nos damos cuenta, y es eso lo que tenemos que cambiar.
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