Dick y Rick Hoyt son un equipo padre-hijo de Massachusetts quienes juntos han competido continuamente en maratones. Y si no están en una maratón, están en una triatlón - esa combinación casi sobrehumana de 26.2 millas de carrera a pie, 112 millas de recorrido en bicicleta y 2.4 millas de nado. Juntos han escalado montañas, y un vez caminaron 3,735 millas (6,010.88 km) cruzando los Estados Unidos. Es un gran record de esfuerzo, aún más si consideramos que Rick no puede caminar ni hablar. Durante los últimos 20 años, Dick, de 65 años, ha empujado y jalado a su hijo por todo el pais, pasando sobre cientas líneas de meta. Cuando Dick corre, Rick esta en una silla de ruedas que Dick va empujando. Cuando Dick va en bicicleta, Rick están en un asiento especial sujeto al frente de la misma. Cuando Dick nada, Rick esta en una pequeña pero pesada balsa, estabilizada firmemente, que es jalada por Dick. Cuando nació Rick, en 1962, el cordón umbilical se enrolló alrededor de su cuello y cortó el flojo de oxígeno a su cerebro. A Dick y a su esposa, Judy, se les dijo que no había esperanza de que su hijo se desarrollara. “Ha sido una historia de esfuerzo desde que nació”, me dijo Dick. “Caundo tenía 8 meses, los doctores nos dijeron que deberíamos sacrificarlo, que estaría en estado vegetal toda su vida, ese tipo de cosas. Bueno, esos doctores ya no están vivos ahora, me gustaría que pudieran ver a Rick ahora”. La pareja llevó a su hijo a casa con la determinación de criarlo de la manera más “normal” posible. En cinco años, Rick tuvo dos hermanos menores, y los Hoyt estaban convencidos de que Rick era tan inteligente como sus hermanos. Dick recuerda su lucha para hacer que las autoridades de la escuela local lo entendieran: “Como no podía hablar, pensaron que no sería capaz de entender, pero eso no era cierto”. Estos padres dedicados le enseñaron a Rick el alfabeto. “Siempre quisimos incluir a Rick en todo, por eso quisimos que vaya a la escuela pública”. Un grupo de ingenieros de la universidad de Tufts llegaron al rescate, una vez que vieron algunas pruebas claras de las habilidades de comprensión de Rick. “Le contaron un chiste, y Rick se amtó de la risa” cuenta Dick, “Ellos entendieron que podía comunicarse!”. Los ingenieros entonces iniciaron la construcción de una computadora interactivaque le permitiría a Rick escribir sus pensamientos usando los ligeros movimientos de su cabeza que podía dominar (para esto utilizaron US$5000 que la familia logró juntar en 1972). Un cursor se movía por una pantalla llena de filas de letras, y cuando el cursor alumbraba la letra que Rick quería, el apretaba un switch con la parte lateral de su cabeza. cuando trajeron la computadora por primera vez a casa, Rick sorprendió a su familia con su primera “palabra hablada”. Ellos esperaban un “Hola Papá” u “Hola mamá”, pero Rick escribió “Vamos Bruins!” Los Boston Bbruins estaban en las finales de la Copa Stanley esa temporada, y la familia se dio cuenta de que él había estado siguiendo los juegos de hockey al igual que el resto. “Así aprendimos que a Rick le gustaban los deportes”, cuenta Dick. En 1975, Rick fue finalmente admitido en una escuela pública. Dos años después, le dijo a su padreque quería participar en una carrera benéfica de 5 milllas para un jugador de lacross local que se habpia quedado paralítico en un accidente. Dick, quien definitivamente no era un corredor de distancias, aceptó empujar a Rick en su silla de ruedas. Terminaron al lado del último, pero sintieron que habían logrado un triunfo. Esa noche, Dick recuerda: “Rick nos dijo que no se había sentido como un discapacitado mientras competía”. Este descubrimiento de Rick se transformó en un nuevo horizonte abierto para él y su familia, y así el “Equipo Hoyt” empezó a competir en más y más eventos. Rick me habló sobre el proceso de transformación utilizando su ya familiar, pero dolorosa, técnica de seleccionar letras del alfabeto: “Lo que quiero decir cuando digo que no me siento discapacitado cuando compito es que soy como cualquier otro atleta, y creo que muchos otros atletas se sienten de la misma manera. Al inicio nadie me hablaba. Sin embargo, después de unas cuantas carreras, algunos atletas se me acercaban y empezaban a hablarme. Durante los primeros días, un corredor, Pete Wisnewski, hacía una apuesta conmigo en cada carrera sobre quien de los dos ganaría. El perdedor colgaría el número del ganador en su cuarto hasta la siguiente carrera. Ahora muchos atletas se me acercan antes de las carreras o triatlones para desearme suerte” Es dificil imaginar la resistencia que encontraron los Hoyt al inicio, pero la actitud cambió cuando entraron a la Maratón de Boston en 1981, y terminaron en el primer cuarto del campo. ”Nadie quería a Rick en una carrera de caminos. Todos nos miraban, nadie nos hablaba, nadie quería tener nada que ver con nosotros. Pero no los culpaba, la gente normalmente no esta educada, y nunca habpían visto nadie como nosotros. Sin embargo, con el paso del tiempo, se dieron cuenta de que era una persona como cualquier otra. Además, él tiene un gran sentido del humor.” Después de 4 años de maratones, el equipo Hoyt intentó su primera triatlón, por lo que Dick tuvo que aprender a nadar. “Me hundí como piedra al inicio”, recuerda Dick sonriendo, “y no me había subido a una bicicleta desde que tenía 6 años.” Con una bicicleta adaptada para cargar a Rick en el frente, y un bote atado a la cintura de Dick mientras nadaba, los Hoyt llegaron segundos - contando desde el último, jejeje - en la competición que se llevó a cabo el día del Padre en 1985. “Ese fue mi regalo de Día del Padre de Rick”, dice Dick Desde esos días continuan compitiendo, en casa y en el extranjero. Generalmente tratan de mejorar sus tiempos de llegada. “Rick es el que me inspira y motiva por la manera en que ama competir y los deportes”. Rick contesta diciendo: “Mi padre es mi modelo a seguir. Una vez que se decide a hacer algo, hace lo posible por lograrlo, no importa que sea. Por ejemplo, cuando decidimos participar en un triatlón, papá entrenó, hasta 5 horas al día, 5 veces a la semana, incluso cuando estaba trabajando”. Los Hoyt pueden ver el efecto que causan en discapacitados, por las actitudes de las personas hacia los discapacitados física y mentalmente. “Eso es grandioso” dice Dick, “la gente tan solo necesita ser educada. Rick esta ayudando a muchas otras familias en su lucha por ser incluidas en la sociedad”. Claro que no todos los obstáculos han desaparecido para los Hoyt. A Dick aún le “molesta” cuando la gente se incomodaporque Rick no puede controlar completamente su lengua cuando come. “En los restaurantes, mayormente la gente mayor, se retiran cuando ven la comida de Rick salir por su boca, o se cambian de mesa. Pero debo decir que ese tipo de intolerancia esta siendo vencida gradualmente”. Otros logros de Dick, además de los deportivos, incluyen su ingreso a la Universidad de Boston, de donde se graduó en 1993 con un grado en educación especial. A eso le siguió, unas semanas después, el ingreso a otra maratón en Boston. “El día de la maratón de Boston, en el camino había gente con letreros que decían: Felicidades por tu graduación!!!” Rick ahora trabaja en el laboratorio de computación de la escuela de Boston ayudando a desarrollar un sistema llamado “Ojos de Águila” mediante el cual objetos mecánicos (como una silla de ruedas) podrán ser controlados por una persona paralítica mediante el movimiento de sus ojos. Juntos, los Hoyt no solo compiten en maratones, sino que también acuden a tours de charlas motivacionales, difundiendo su inspiración a todo tipo de audiencias en todo el país. Rick confía en que su visión - y la dedicación de su padre - son una fuerza a valorar en un mundo que muchas veces divide y excluye.
Finalmente Rick dijo: El mensaje del equipo Hoyt es que cada uno debe ser inlcuido en la vida diaria”.
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