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3 VALORES

Primer valor: Consideración…

“Sólo con el corazón puede uno ver correctamente, lo esencial es invisible para el ojo” Antoine de Saint-Exupéry La consideración tiene en cuenta a las personas en razón de lo que son, piensan, dicen o hacen. Es una característica inherente al respeto. Una sonrisa, un gesto sincero de aprobación, una palabra comprensiva a tiempo son gestos cotidianos que componen la consideración. Un gesto de servicio, una iniciativa por ayudar al más necesitado, un sacrificio de colaborar para alcanzar un resultado en equipo, son ejemplos claros de la consideración que debería ocurrir en una organización o familia, fundamentada en el respeto. Reconocer nuestras faltas, pedir disculpas por haber herido los sentimientos de alguien y tratar de ser más conscientes de ello en el futuro, ayuda a paliar un clima de trabajo agradable y lleno de equilibrio emocional. “A la gente no le importa qué tanto sabe usted, hasta que sabe qué tanto le importa”. John Hanley

Segundo valor: Prudencia.

“Sólo cuando se empieza a tener el sentido del dolor de los demás, comienza el hombre” Evgueni Yevtushenko La prudencia es la capacidad de discernir y elegir los medios más adecuados para lograr cierto fin, ponderando, analizando y tomando las decisiones necesarias según las circunstancias. A la prudencia la acompañan la calma, la serenidad, la constancia y, sobre todo, la capacidad de deliberación, con madurez y objetividad, que se adoptan no sólo ante las situaciones críticas sino habituales. La persona prudente ejerce una vigilancia sobre sí mismo para no caer en el descuido de los propios deberes y de los propósitos que ella misma se ha hecho para lograr metas ambiciosas. La prudencia tiene mucho que ver con el equilibrio que se debe tener en la manera de abordar a la gente, con esa entrada que facilita la comunicación y el entendimiento mutuo necesario para mantener un clima de trabajo agradable.


Tercer valor: Optimismo.

“Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad” Winston Churchill El optimismo es una posición de personalidad que media entre los acontecimientos externos y la interpretación personal de los mismos. Es una tendencia a esperar que el futuro depare resultados favorables. El optimismo nos permite mirar el horizonte de una manera diferente, sin deformarlo y sin desconocer las dificultades, sino poniendo los pies en la tierra con el convencimiento de que las cosas pueden ser mejores. La autoestima, así como el conocimiento y la valoración de los demás, son los factores que ayudan a que el optimismo tenga bases sólidas y, en consecuencia, se logren los resultados esperados y se resistan airosamente las equivocaciones para transformarlas en oportunidades. Ser optimista no es necesariamente ostentar actitudes triunfalistas ni manifestar alegría en todo momento. Es más bien una actitud basada en la confianza de que las cosas pueden mejorar si se actúa de determinada manera, que no depende, como se podría pensar, del temperamento. El optimismo, como su contrario el pesimismo, es contagioso, es decir, se transmite fácilmente y crea un clima de seguridad entre las personas. “El optimista tiene siempre un proyecto, el pesimista, una excusa” Anónimo Un aspecto que ayuda a vivir este valor es mirar el lado bueno de los acontecimientos y de las personas; de lo contrario, se cae fácilmente en la crítica destructiva, en la amargura, con lo que, lo único que se logra es hacer difícil el cambio. “La mayoría de las personas fracasadas son personas que no se dieron cuenta de qué cerca estaban del éxito cuando se rindieron”. Thomas Edison


Cinco recomendaciones para ser más Considerado:
Aborda a la gente de forma amable. Promueve la armonía en el trabajo. Toma la iniciativa de ayudar a alguien, todos los días. Controla la impulsividad al contestar, desde una conversación hasta el correo electrónico. Pídele disculpa a la disculpa. Siete recomendaciones para ser más Prudente: Discute los problemas o errores en privado, directamente con los involucrados. Evita hacer comentarios de la gente que no está presente. En su manera de conversar, la ironía está ausente. Mantiene la paciencia y la cordura ante las dificultades. Utiliza el humor con respeto. Evita la agresividad en el trato para obtener resultados favorables. Sus observaciones contribuyen al desarrollo de un clima de compañerismo.

Cinco recomendaciones para ser más Optimista:
Siempre comenta los aprendizajes positivos de una circunstancia negativa. Busca siempre compartir las lecciones de una dificultad. Saluda de manera optimista. Siempre está de buen ánimo y con ganas de perseverar en lo que hace. Evita hacer comentarios pesimistas.

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