La ansiedad es un estado de malestar y preocupación, implica estar a la
expectativa de que algo malo está a punto de ocurrir. Sin duda, no es un
estado agradable, pero es importante comprender por qué se produce la
ansiedad. De hecho, se trata de un mecanismo defensivo, al igual que el
miedo.
La ansiedad es una sensación que funciona como un mecanismo de alerta
ante aquellas situaciones que consideramos peligrosas o amenazantes. Es
una reacción normal que sufren todas las personas y lo preocupante sería
que no se activara en ciertas situaciones. Por eso, es importante
comprender que la ansiedad en sí misma, no es negativa.
Las funciones de la ansiedad
- Protección. Una de las funciones de la ansiedad es
protegernos de los posibles peligros que nos acechan. Si algo nos
preocupa, inmediatamente aumenta nuestro nivel de alerta, nuestros
sentidos se aguzan para permitirnos vigilar mejor el medio. El problema
ocurre cuando nos volvemos hipervigilantes y temerosos, aislándonos del
mundo para evitar el peligro. En esos casos la función protectora de la
ansiedad ha ido demasiado lejos.
- Motivación. La ansiedad es un potente motor impulsor
del comportamiento. Cuando deseamos hacer algo bien y queremos dar el
máximo de nosotros, se activa la ansiedad, que nos brinda una dosis
extra de energía para seguir adelante con nuestros proyectos y obtener
el máximo rendimiento. Una vez más, el problema comienza cuando el nivel
de ansiedad es demasiado alto y nos hace dudar de nuestras capacidades o
nos aboca al perfeccionismo.
- Crecimiento y Desarrollo. Cierto grado de ansiedad
puede estimular el desarrollo personal. De hecho, sentir un poco de
ansiedad por lo que está pasando en nuestra vida y preocuparnos un poco
por el futuro puede animarnos a salir de nuestra zona de confort. La
ansiedad nos impulsa a descubrir lo que queremos cambiar, y luego nos da
el empuje que necesitamos para hacerlo. Sin embargo, a veces esa
ansiedad se arraiga y nos vemos atrapados en un mecanismo de rumiación
que, en vez de empujarnos al crecimiento, nos bloquea.
¿Qué provoca la ansiedad?
La ansiedad, como mecanismo adaptativo, es positiva y funcional, y no
representa un problema. Sin embargo, en algunos casos no funciona de la
manera adecuada y se instaura un trastorno de ansiedad, que puede llegar a ser muy discapacitante y provocar un gran malestar, tanto a nivel psicológico como físico.
Factores predisponentes
- Factores biológicos. Se ha apreciado que tener parientes
directos que sufran algún trastorno de ansiedad aumenta el riesgo de
padecer este problema. En la ansiedad generalizada, por ejemplo, se estima que un tercio del riesgo de sufrir este trastorno tiene un componente genético.
- Factores temperamentales y de personalidad. Las personas que
suelen inhibir sus conductas constantemente y aquellas que tienen una
tendencia al neuroticismo manteniendo una afectividad negativa tienen un
mayor riesgo de sufrir un trastorno de ansiedad.
- Factores ambientales. La ansiedad también puede instaurarse
como un patrón de afrontamiento aprendido en la infancia. Determinados
estilos de vida marcados por el estrés también propician la aparición de
la ansiedad.
Factores desencadenantes
- Situaciones que sobrepasan nuestros recursos de afrontamiento
psicológico, como puede ser la pérdida del trabajo o de una persona
querida.
- Acontecimientos vitales que exigen un esfuerzo adaptativo
considerable, como puede ser un divorcio o el diagnóstico de una
enfermedad.
- Obstáculos que limitan nuestra capacidad para alcanzar nuestras metas o para mantener lo que ya hemos logrado.
Factores de mantenimiento
- Miedo a la ansiedad. Cuando se sufre ansiedad, sobre todo cuando se padecen crisis de ansiedad
o ataques de pánico, es usual que la persona luego desarrolle un miedo a
volver a sufrir esos ataques. Ese miedo a la ansiedad no hace sino
agravarla.
- Pérdida de facultades debido a la propia ansiedad, lo cual
hace que contemos aún con menos recursos para hacerle frente a los
problemas o que incluso aparezcan nuevas dificultades en áreas que antes
no eran confictivas.
- Estrategias de afrontamiento inadecuadas que acentúan el
problema y la sensación de incapacidad para solucionarlo, lo cual es
altamente desesperanzador.
Normalmente no existe un solo factor que pueda explicar por qué se
produce la ansiedad y se mantiene a lo largo del tiempo, lo usual es que
se deba a una confluencia de situaciones y formas de afrontamiento.
El mecanismo a través del cual se produce la ansiedad
En nuestro día a día, nuestro cerebro evalúa constantemente todos los
estímulos que llegan del medio, para analizar si algunos pueden ser
peligrosos. En ese mecanismo están involucradas tanto las zonas
relacionadas con las emociones básicas, como la amígdala y el tálamo,
así como la corteza cerebral, que es la encargada de encontrarle un
sentido lógico a lo que estamos viviendo.
Básicamente, esto es lo que sucede a nivel cerebral:
1era etapa - Evaluación inicial de la amenaza. Se produce un
reconocimiento automático, muy rápido, de los estímulos. De esta forma
podemos clasificarlos como amenazantes o no.
2da etapa - Activación primitiva frente a la amenaza. Se ponen en
marcha las respuestas cognitivas, emocionales, fisiológicas y
conductuales típicas de la ansiedad. En esta fase actuamos básicamente
por instinto, por lo que podemos experimentar la necesidad de escapar
del lugar o escondernos. También aparecen pensamientos automáticos sobre
la situación que nos llevan a sobrevalorar el daño y la probabilidad de
que se produzca, además de experimentar una gran intolerancia a la
incertidumbre.
3era etapa - Pensamiento reflexivo. En esta fase ya somos capaces
de pensar con más o menos claridad sobre esas ideas automáticas y sobre
lo que estamos sintiendo. La corteza prefrontal entra en acción y
evalúa la verdadera magnitud de la amenaza, así como los recursos de los
que disponemos para enfrentarla. Obviamente, se trata de un
procesamiento de la información más complejo que requiere más tiempo.
Un “fallo” en alguna de estas etapas puede explicar por qué se produce
la ansiedad. Por ejemplo, nuestro sistema de reconocimiento de los
peligros puede ser hiperreactivo, lo cual significa que reaccionará
incluso ante las situaciones que no representan un gran riesgo. De
hecho, es un problema común en nuestra sociedad, donde evaluamos como
peligros muchas situaciones sociales que en realidad son completamente
inocuas.
También puede ocurrir que nos quedemos atrapados en la segunda etapa, en
cuyo caso los pensamientos rumiativos se apropian de nuestra mente y
solo somos capaces de pensar en las peores consecuencias, lo cual nos
mantiene bloqueados en la ansiedad.
Por último, puede ocurrir que no tengamos las habilidades cognitivas
necesarias para lidiar con la situación de manera asertiva y combatir la ansiedad, en cuyo caso se mantienen esas preocupaciones que generan el estado ansioso.
Fuentes:
APA (2014) Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. Madrid: Editorial Médica Panamericana.
Mathews, A. (1990) Why worry? The cognitive function of anxiety. Behav Res Ther; 28(6): 455-468.
No hay comentarios:
Publicar un comentario