El camino de desarrollo personal tiene relación con la integración de la personalidad. Un amigo siempre me dice que "hay que cambiar los "o" por los "y".
Lo que sucede, es que la estructura de la personalidad no cambia con los años. Lo que cambia es la información que la alimenta. Es decir, a medida que vamos creciendo, los contenidos –todos los contenidos de conciencia- van pasando a ser “hechos significativos” y van dejando de ser “meros datos”. Con el tiempo, la vida, sus sucesos y las personas, van adquiriendo un sentido para nosotros. El cambio que se va produciendo es transformativo. Las cosas ya no tienen que ser explicables desde el punto de vista de la razón. Los sucesos pasan a ser comprendidos por nuestra conciencia. Vamos "entendiéndolos" de una forma diferente. Vamos entendiéndolos desde la experiencia. Desde la vida misma. Esto es importante, porque, la verdad es que, sólo sabemos de aquello que hemos vivido.
Lo que sucede con los años es que se van modificado las “valoraciones” que se hacen y se tienen respecto de las cosas. Lo que va cambiando, en definitiva, es la escala de valores. Va cambiando nuestro estilo de funcionamiento. Va cambiando nuestra forma de comportarnos. Cuantitativamente podemos seguir siendo los mismos. Tenemos el mismo nombre, los mismos padres, la misma genética. El cambio, es cualitativo.
Lo que ha pasado es que, para formarse, debe optarse, por uno u otro estilo. Uno debe elegir, al menos entre dos opciones, para estructurar una determinada forma de ser. Y las elecciones implican seleccionar una alternativa y desechar otra. Cada vez que debimos optar, debimos hacerlo por una u otra. Y así nuestra personalidad se formó "a costa" de otra. Es lo que debe suceder y está bien que así sea. No puede ser de otra forma.
Sin embargo, cuando esa personalidad ya está estructurada, comienza la tarea de empezar a ampliarla. Y eso significa que todo aquello que dejamos fuera, en un principio, debe comenzar ahora a ser incluido. Cuando se está cercano a la mitad de la vida, todos los contenidos inicialmente expulsados, deben comenzar a ser integrados. A eso es lo que se llama integración de la personalidad.
Lo que debe integrarse, es la inconsciencia a la conciencia, lo que “no sabemos” con lo que “sabemos”. Debemos comenzar a relacionar, hermanar, amigar. Para hacerlo, hay varios caminos; pero, en general, se trata de abrirnos a esa mente no racional y escuchar sus mensajes. Y, en la vida de todos los días, ir aprendiendo a que las cosas no volverán a ser blancas o negras. Habrán de reconciliarse los contrarios. Las cosas ya no volverán a ser lo que siempre fueron: esto o aquello.... ahora, serán ambas.... esto y aquello.
La integración de la personalidad implica simplemente cambiar los “o” por los “y”. No separar, sino completar, con esa mitad que antes dejábamos fuera.
Publicado por Paula Durán
Fuente: Terapia psicologica.com
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