Esta semana se han conocido varios
estudios científicos que muestran la capacidad que perros, elefantes y monos
tienen para ponerse en la piel del otro y entender sus emociones. Músculos
artificiales y la búsqueda de nuevas Tierras completan el repaso de estos siete
días de ciencia
Como le gusta decir al prestigioso neurocientífico
español Rafael Yuste, el órgano más desconocido del ser
humano es el cerebro. Y por supuesto, ese
desconocimiento también afecta al de los animales. Pero como en el caso de las
personas, cada vez más científicos se acercan a conocer cómo funciona el de
monos, perros o elefantes, como ha sucedido esta semana: varios estudios han puesto
el foco en el comportamiento de estos mamíferos para
descubrirnos ciertas similitudes con percepciones que consideramos muy humanas.
La cercanía con el otro gana puntos entre el reino animal.
Los perros podrían captar el estado de ánimo a partir
de las voces de las personas. / Borbala Ferenczy / Current Biology
El jueves supimos que los perros escuchan las voces de
una forma muy humana, segúnpublicaron en Current Biology un grupo de investigadores
húngaros. El trabajo de estos científicos, poniendo a los canes dentro de
escáneres cerebrales, pretendía ver cómo reaccionan ante las voces humanas: sorprendentemente, los cerebros de los perros
respondían exactamente igual que nosotros al escucharlas. Los investigadores
expusieron a los perros y a humanos a los mismos estímulos
auditivos —después de adiestrarles para que se mantuvieran inmóviles en el
escáner, quizá el mayor reto del expertimento—, para ver cómo
reaccionaban sus cerebros.
En los animales se activó la misma región cerebral que
en los humanos al oír voces de personas (no palabras concretas) entre una
ristra de sonidos de todo tipo; para los investigadores ya fue una sorpresa
solamente el hecho de que esta misma región se manifieste en los perros. “Es la
primera vez que la encontramos en un no-primate”, explica Attila Andics, que firma este estudio.
VÍDEO | El cerebro del perro responde a las voces humanas
igual que el de las personas / New Scientist
Ahí podría estar la clave por la que
los perros son capaces de sintonizar con los distintos estados de ánimo de sus
dueños, según este equipo. La idea que trasciende de estos resultados es que,
del mismo modo que somos capaces de notar cómo se encuentra un amigo tan solo
escuchando su voz, los perros tendrían desarrollada esta misma capacidad para entender a los humanos.
Del mismo modo, esta semana hemos sabido que los
elefantes asiáticos son capaces de empatizar con los sentimientos de sus
semejantes. Un estudio, el primero en investigar las respuestas a la
angustia en elefantes asiáticos, muestra que estos animales tienen la habilidad
de ponerse en el lugar de un semejante cuando le ven en apuros y hasta se
ofrecen a proporcionarles consuelo cuando ven que lo están pasando mal.
Los elefantes son capaces de ponerse en el lugar de
sus semejantes y consolarles en situaciones de estrés
Un equipo de investigadores, que reconocen que su
trabajo es de por sí difícil porque deben esperar a las oportunidades que
surjan de forma espontánea, estudiaron a elefantes en Sri Lanka para comprobar
como se comportaban cuando veían a sus congéneres estresarse al ver pasar un
perro, una serpiente o ante la presencia de otro elefante hostil. Según explica enScience el investigador
Shermin de Silva, los
animales se comportaron como cuando vemos una película de miedo: “Si el actor
se asusta, nuestro corazón se acelera y buscamos la mano de los demás, una
reacción conocida como ‘contagio emocional”.
Por ejemplo, en un caso filmado en
vídeo, una hembra
se asustó al oír a otro elefante barritar y corrió a buscar consuelo en otra
elefanta mayor. Esta última elevó la cola y movió las orejas hacia adelante,
como su compañera asustada, pero sólo tras verla hacerlo a ella. Luego, realizó
pequeños chillidos conocidos como voces para calmar a la manada y frotó su
tronco con el de la elefanta asustada, para finalmente colocarlo frente a su
boca, en un gesto que los investigadores interpretan como un abrazo elefantino.
Esta semana descubrieron una nueva especia de
marsupial que muere por su frenesí sexual
El último caso, en un experimento realizado en EEUU,
el caso de ponerse en lugar de otro no pudo ser más literal, cuando un equipo
de investigadores logró que un mono controle con
su cerebro los movimientos de otro primate que estaba sedado. El logro, según publicó Materia el martes, se realizó gracias
a implantes en el cerebro y la médula espinal y puede abrir nuevas vías en la
investigación para tratar a personas que están paralizadas por lesiones en la
médula espinal u otras dolencias.
Sin salir del reino animal, el hallazgo más peculiar
de la semana es el que han realizado unos investigadores australianos: una
nueva especie de marsupial en la que los machos no llegan a cumplir el año de
vida por culpa de su desenfreno
sexual. La pasión
con que afrontan la cópula con las hembras, en maratonianas sesiones de
apareamiento que duran entre 12 y 14 horas, acaba con ellos.
Los males del cerebro y músculos
artificiales
En el ámbito de la biomedicina, el hallazgo más relevante
procede de un centro de investigación español, el CNIO, donde han arrojado luz
sobre la incompatibilidad entre
cáncer y enfermedades del cerebro. Un grupo de investigadores españoles han dado con un
centenar de genes que podrían explicar por qué los pacientes de alzhéimer,
párkinson y esquizofrenia sufren menos tumores, un avance que podría acercar
nuevos tratamientos contra estas patologías.
Esta semana, Science publicó un trabajo de la Universidad de Texas que explicaba como habían
logrado producir músculos artificiales a partir de fibras sintéticas como el
hilo de coser y pescar, que son más potentes que los de los humanos y que
podrían aplicarse en el desarrollo de prótesis artificiales, robots humanoides
y exoesqueletos, según sus creadores.
En Texas han desarrollado potentes músculos a partir
de hilo de pescar
Por otro lado, un equipo de paleontólogos españoles
del CENIEH publicó un artículo en PLoS ONE que ofrece nuevos interrogantes sobre el importante yacimiento
georgiano de Dmanisi. El equipo
de José María Bermúdez de Castro realizó un estudio de morfología comparada de
las cuatro mandíbulas encontradas en Dmanisi que sugiere que se corresponde con
dos especies distintas y no una sola como
defendían sus descubridores.
Mirando al espacio, una de las noticias más
importantes de la semana fue la decisión tomada por la Agencia Espacial Europea
de dar luz verde al proyecto PLATO, cuya misión es la de encontrar planetas
hermanos a la Tierra,
potencialmente habitables y cercanos a nuestro sistema solar. Eso sí, el
lanzamiento de este observatorio está previsto para
2024.
Fuente: Es materia.com
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