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Frases Madre Teresa de Calcuta

Sin un corazón lleno de amor y sin unas manos generosas, es imposible curar a un hombre enfermo de su soledad.

No hay mayor pobreza que la soledad.

No podemos hacer grandes cosas, pero sí cosas pequeñas con un gran amor.
El amor no puede permanecer en sí mismo. No tiene sentido. El amor tiene que ponerse en acción. Esa actividad nos llevará al servicio.

La disciplina es el mejor amigo del hombre, porque ella le lleva a realizar los anhelos más profundos de su corazón.

El amor es un fruto que madura en todas las estaciones y que se encuentra al alcance de todas las manos.

La revolución del amor comienza con una sonrisa. Sonríe cinco veces al día a quien en realidad no quisieras sonreír. Debes hacerlo por la paz.
La paz comienza con una sonrisa.

Si no tenemos paz en el mundo, es porque hemos olvidado que nos pertenecemos el uno al otro, que ese hombre, esa mujer, esa criatura, es mi hermano o mi hermana.

El dinero sólo puede comprar cosas materiales, como alimentos, ropas y vivienda. Pero se necesita algo más. Hay males que no se pueden curar con dinero, sino sólo con amor.

Para que el amor sea verdadero, nos debe costar. Nos debe doler. Nos debe vaciar de nosotros mismos.

Muchas veces basta una palabra, una mirada, un gesto para llenar el corazón del que amamos.

El perdón es una decisión, no un sentimiento, porque cuando perdonamos no sentimos más la ofensa, no sentimos más rencor. Perdona, que perdonando tendrás en paz tu alma y la tendrá el que te ofendió.

Las críticas no son otra cosa que orgullo disimulado. Un alma sincera para consigo misma nunca se rebajará a la crítica. La crítica es el cáncer del corazón.

La amargura y el orgullo son hermanos gemelos;el mal humor y la irritabilidad son sus inseparables acompañantes.

Si realmente queremos amar, tenemos que aprender a perdonar.

Si no se vive para los demás, la vida carece de sentido.

Hoy en día el mundo está cabeza abajo y sufre tanto porque hay muy poco amor en los hogares y en la vida familiar.

El futuro no está en nuestras manos. No ejercemos poder sobre él. Sólo nos queda actuar, aquí y ahora.

Preferiría cometer errores con gentileza y compasión antes que obrar milagros con descortesía y dureza.

Hay una cosa muy bonita: compartir la alegría de amar.

Lo que importa es cuanto amor ponemos en el trabajo que realizamos.

Cuanto menos poseemos, más podemos poseer.

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