Sonja Lyubomirsky es profesora de psicología en la
Universidad de California, Riverside, y autora de La ciencia de la
felicidad (The How of Happiness), traducido a 18 idiomas, entre ellos
el castellano. En 2002 recibió el Premio Templeton como investigadora.
En 1989 se graduó summa cum laude por la Universidad
de Harvard y obtuvo el título de Pharmaceutical Doctor (PhD) en Psicología
Social y de la Personalidad por la Universidad de Stanford en 1994.
Su apellido que en ruso quiere decir “amor y paz”, quien
no se considera una “conferenciante motivacional”, sino una investigadora,
seria, rigurosa, sobre la felicidad. Más de 20 años analizando este fenómeno y
ofreciendo respuestas que nos resultan muy útiles.
- ¿Merece la pena ser feliz? Sí, sin duda, y por los siguientes siete beneficios (tras analizar 225 estudios): las personas felices ganan más dinero y son más productivas laboralmente, son más creativas, son mejores líderes y negociadoras, se casan más fácilmente y sus matrimonios son más completos, tienen más amigos, son más generosas y más resilientes (aguantan mejor el estrés y los traumas). Luybomirsky, King & Diener, 2005. No se trata solo que “nos sintamos mejor”, sino que realmente estamos mejor.
- ¿Se puede mantener la felicidad? Sonja nos da tres razones para ser “pesimistas”: todos nacemos con un “nivel genético” (set point) de felicidad, la felicidad es un rasgo de personalidad a largo plazo y la “adaptación hedonista” (tomar como hecho cualquier motivo de felicidad). Por ejemplo, un estudio alemán ha demostrado que cuando la gente se casa, tiene un “subidón” de felicidad, que dura dos años (sí, dos años) y luego vuelve a su nivel de felicidad anterior.
La tesis principal de SL: “Más allá del hecho de que
nuestra felicidad está genéticamente determinada y de que las circunstancias de
la vida tienen una mínima influencia en lo felices que estamos, una larga
porción de felicidad, el 40%, se encuentra en nuestro poder de cambiar”. Dicho
con otras palabras, la felicidad es voluntaria, la elegimos. O, como un
servidor escribía en Del Capitalismo al Talentismo, somos
arquitect@s de nuestra felicidad.
La regla del 40%: el 50% es genético (bueno, yo creo que
son los primeros años de vida, el entorno familiar, pero da igual), el 10% son
las circunstancias vitales (salud, dinero, pareja) y el 40%, voluntario.
¿Cómo se define científicamente la Felicidad?
La
Felicidad tiene dos componentes: la experiencia de emociones positivas
frecuentes y la sensación general de una buena vida, y un elemento subjetivo
(cada cual considera la felicidad a su manera). Cada un@ emite sus juicios:
“Puede ser feliz y no darte cuenta de ello”. El libro de Lyubomirsky ofrece dos
tests de felicidad, el de Oxford y el suyo propio.
¿Qué hacen las personas felices?
Según las
investigaciones, nutren y disfrutan de relaciones sociales, son muy
agradecidas, son generosas (las primeras para ayudar a los demás), practican el
optimismo, saborean los placeres y viven el momento, hacen habitualmente
ejercicio físico, con frecuencia son espirituales o religiosas (el valor de la
trascendencia) y están comprometidas con objetivos de forma continuada.
“Intervenciones de felicidad”: las intervenciones son experimentos en los que se modifican comportamientos para obtener resultados
diferentes. Por ejemplo, se les pide a voluntarios que durante un trimestre
realicen actos de amabilidad, sean conscientes de lo valioso que tienen,
escriban cartas de gratitud, visualicen el futuro que les gustaría, saboreen
los momentos placenteros y los repitan. La conclusión es que “la Felicidad
requiere de Esfuerzo”.
La Dra. Lyubomirsky nos pone como ejemplo dos
intervenciones: contar las “bendiciones” (blessings), lo bueno que uno tiene, y
realizar actos de amabilidad. Es el poder de la gratitud (sentimiento de
maravilla, agradecimiento y apreciación por la vida), que nos permite saborear
las experiencias positivas, dejar de compararnos con otros, fortalecer nuestra
autoestima, gestionar el estrés y los traumas, neutralizar las emociones
positivas, liderar nuestro comportamiento, fortalecer nuestras relaciones y dar
las cosas por sentado (como un privilegio natural). En un estudio, se pidió a
los participantes que llevaran un “diario de gratitud” con cinco cosas durante
6 semanas (un grupo, una vez semanal, cada domingo por la noche; otro, 3 veces
a la semana: martes, jueves y sábado; el 3º, de control). Las personas que
agradecían semanalmente se volvían más felices (las de 3 veces a la semana,
algo menos) y las de control, cada vez menos felices. El exceso de práctica
puede ser perjudicial (tengo que decir que para un servidor, escribir este
diario es una forma de agradecer, y me hace muy muy feliz). Lo que es esencial
es ajustar (fit) las actividades a nuestro sentido de la felicidad: que encaje
con tu personalidad, con tus objetivos, con tus fortalezas, con tu modo de
vida, con la fuente de la felicidad.
Sonja utiliza el proverbio chino (“Si quieres ser feliz
durante una hora, échate una siesta; si quieres ser feliz durante un día, vete
a pescar; si quieres ser feliz durante un mes, cásate; si quieres ser feliz
durante un año, hereda una fortuna; si quieres ser feliz durante toda la vida,
ayuda a los demás) para explicar su segunda investigación: hay fuentes de
felicidad que son placeres momentáneos (siesta, pesca), otros son más
sustanciales (el matrimonio, el dinero) y el más poderoso es la generosidad.
Las personas altruistas nos hacen sentirnos mejor, muestran a la comunidad como
más valiosa, aportan interdependencia y cooperación, reducen el distrés de las
personas menos afortunadas, nos hacen sentirnos a los demás como más autoconfiadas,
competentes y en control de nuestras vidas, provocan que nos queramos más y
hagamos más amistades, incrementan el aprecio y la reciprocidad. En la
investigación, se le pide a un grupo que realice 5 actos generosos el mismo
día, a otro que haga 5 a lo largo de una semana (uno al día) y el 3º grupo, de
control. Los que hicieron 5 en un día aumentaron mucho más su felicidad (los de
uno diario prácticamente no cambiaron). Moraleja: Sé generoso... intensamente.
La Dra. Lyubomirsky y su equipo han trabajado en otras
“intervenciones”, relativas a las expectativas, al tiempo, al apoyo social, a
los hábitos, a las estrategias o al tratamiento de la depresión, porque según
la OMS la depresión será la 2ª causa de mortandad en el mundo en 2020,
afectando al 30% de la población.
Sonja Lyubomirsky coincide con Aristóteles en que “la
Felicidad depende de nosotros mismos”.
Autor: J.C. Beirojc
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