[Extracto de “¿Qué es el amor?”, perteneciente a la serie
“Conversaciones sobre la juventud:
Para los protagonistas del siglo XXI”,
publicado el 27 de noviembre de 1996, en el Koko Shimpo, periódico de la
División de Estudiantes de Segunda Enseñanza Superior de la Soka Gakkai.]
PARTE 1
“Naturalmente, el amor genera toda clase de inquietudes y reacciones.
Cada persona tiene su propio carácter y temperamento, pues el medio en que ha
crecido y sus circunstancias son diferentes. No existe una regla universal que
se aplique a todos los problemas y personas. (…) Que dos seres humanos deseen
relacionarse afectivamente es algo tan personal, que, en principio, ningún
tercero debería inmiscuirse. Sin embargo, como predecesor en la vida y como
persona que ha podido acumular más años de experiencia, quiero recalcar un
punto clave: nunca se aparten ni se desvíen de la órbita fundamental, que es su
propio desarrollo como seres humanos.”
“El amor tiene que ser una fuerza que los ayude a desarrollarse, a
expandir su vida y a hacer surgir ese potencial innato que todos poseen, ese
hermoso caudal de vitalidad, frescura y dinamismo. Claro que esto sería lo
ideal. Como bien reza el dicho: ‘El amor es ciego’… Y ya sabemos que cuando uno
se enamora, pierde toda objetividad. Si la relación de pareja que entablan
causa preocupación a sus padres, los lleva a descuidar los estudios o a tener
inclinaciones autodestructivas, ese amor sólo servirá para hacerse daño
mutuamente. Cada uno actúa como influencia negativa para el otro, y de esta
manera, a la larga, ambos se condenan a la infelicidad.”
“Si una relación de pareja les hace olvidarse de lo que deben llevar a
cabo, si los aleja de su objetivo en esta existencia, creo que está mal
encaminada. Una relación sana es aquella que los impulsa a alentarse
mutuamente, a compartir sueños y esperanzas para que ambos logren sus metas. Es
una fuente de inspiración que brinda alegría, emoción y esperanza en la vida.”
“El amor es un tema muy complejo, profundamente relacionado con la
actitud y las ideas de cada uno hacia la vida. Por eso, siempre digo que una
relación no se debe concebir ni tomar a la ligera.”
“Cuando en una pareja no existe respeto mutuo, es muy difícil que el
amor perdure o que estimule el desarrollo de ambas personas.”
“En lugar de sucumbir a la pasión superficial y encerrarse en un mundo
donde no entran más que dos, es mejor buscar un vínculo que los enriquezca con
las virtudes del otro y los lleve a ser mejores personas. Antoine de
Saint-Exupéry, autor de El principito, escribió una vez: ‘Amar no significa
mirarse el uno al otro, sino dirigir la mirada hacia una misma dirección’. En
tal sentido, si hay algo que ayuda a que la relación perdure y se fortalezca es
compartir las mismas creencias y valores.”
“Por favor, tampoco caigan en el error de pensar que el amor lo es todo.
No crean que mientras su noviazgo funcione bien, el resto del mundo es
indiferente. Tampoco pretendan vivir una historia de amor enfermiza y obsesiva,
que acabe hundiéndolos en las profundidades del dolor y en el ‘dulce
sufrimiento’ de una relación tortuosa.”
“Muchos amores, que en su momento creímos ser una pasión eterna,
resultaron ser, a su término, una simple ilusión. El estudio es algo diferente:
lejos de alucinarnos, brinda enseñanzas perdurables y enaltecedoras. Por eso,
aunque se enamoren, nunca permitan que se apague en ustedes la sed de
aprender.”
“Hay un retoño lleno de promesas, que anuncia flores extraordinarias
para el día de mañana. No lo arranquen de raíz yendo detrás de un amor ciego,
como les sucede a tantas personas que truncan su potencial por un capricho.”
“La vida cotidiana es muy simple y sencilla. No tiene nada de
extraordinario. Para lograr lo que uno se propone hay que hacer un esfuerzo
tremendo; lógicamente, no siempre hay momentos felices y divertidos. Pero, a
diferencia de la realidad cotidiana, en el amor hay mucho de emoción y de
ilusión. Es como una novela, donde uno se siente protagonista. Sin embargo, si
uno recurre al amor tan sólo porque la vida lo aburre y se desvía del camino que
debe transitar, convertirá un sentimiento tan noble en un pobre medio de
escape. El amor será un espejismo, un refugio para no ver la realidad. Pero por
más que uno busque amparo en el amor, es imposible que la euforia de los
primeros tiempos dure eternamente.
Cuando una pareja es ilusión, lo más probable es que el tiempo
multiplique las horas da amargura y de vacío. ¿Por qué? Porque uno podrá huir
de las situaciones, pero nunca escapar del encuentro consigo mismo. Si no
vencen la debilidad íntima, el sufrimiento los perseguirá dondequiera que
vayan. No esperen hallar la dicha verdadera si no empiezan por realizar un
cambio interior. La felicidad no es algo que pueda darnos otra persona ni una
relación de pareja. Es uno quien debe cultivar la capacidad de ser feliz, en
forma autónoma y libre. Para ello, el único camino está en desarrollarnos como
seres humanos. Si por ir atrás del amor se olvidan de crecer y sacrifican su
propia capacidad, nunca conocerán la auténtica dicha. La verdadera felicidad
tiene una sola receta, y ésta no es más que el propio esfuerzo.”
“Además, quiero señalar que buscar el amor como una evasión de la
realidad es una falta de respeto, tanto hacia nuestra pareja como hacia
nosotros mismos.”
“Cada uno de ustedes tiene una misión que cumplir y que nadie más puede
llevar a cabo en su reemplazo. (…) Es muy egoísta pasar la vida centrado en las
propias preocupaciones y sólo en busca de la satisfacción personal.”
“Por otro lado, sólo cuando uno ama de verdad a otra persona podrá
desarrollarse y ampliar su corazón. El verdadero amor nos permite amar a la
humanidad entera. Así que toda relación debería prestarse a fortalecer,
enriquecer y elevar nuestro estado de vida. A fin de cuentas, el estado de vida
se refleja en la clase de amor que uno es capaz de dar. Y lo mismo puede
decirse de la amistad. Todo lo que hagan ahora para perfeccionarse como seres
humanos les permitirá crear lazos de amistad sincera el día de mañana.”
PARTE 2
“Una vez que la relación comienza, uno piensa que negarse o rechazar a
la pareja es una suerte de ‘deslealtad’, de ‘desinterés’. Por eso alguien ha
dicho que, en cierto sentido, enamorarse es subirse a un auto sin frenos. Una
vez que el vehículo arranca, es difícil bajarse porque no hay cómo detenerlo,
aun cuando uno se arrepienta de haber subido. A veces uno se lanza al amor
creyendo que actúa con total libertad o independencia, pero luego cae en la
cuenta de que su elección estuvo condicionada por muchas presiones internas.
Todos ustedes son personas valiosas e importantes. Aprendan a valorarse. No
vayan por caminos tortuosos y enfermizos. Siempre escojan la ruta de la
honestidad. El amor auténtico sólo puede establecerse entre personas que tienen
madurez y autonomía individual. Por eso, es tan importante el desarrollo de uno
mismo.”
“Pero buscar todo el tiempo la aprobación de la pareja es rebajarse
demasiado. En una relación así, no hay muestras de consideración ni señales de
un corazón profundo, ni, mucho menos, amor. Si la voz de su corazón les está
diciendo: ‘Tú no mereces una relación como ésta’, espero que tengan la valentía
y la dignidad de decir lo que sienten, aun a riesgo de ser rechazados por la
otra persona. Pero, por favor, no se resignen pasivamente a una relación
desdichada…
El verdadero amor no tiene nada que ver con la dependencia; por el
contrario, sólo existe cuando ambos son individuos independientes. Cuando una
persona sólo tiene sentimientos superficiales, lo único que pude esperar es
formar una relación frívola y ligera. Así que, si ustedes quieren una pareja de
verdad, primero deben construir una firme y sólida identidad. Para amar de
verdad no hace falta ser complaciente con la otra persona, ni aparentar lo que
somos. Por otro lado, cuando existe verdadero amor, nadie fuerza a la pareja a
hacer algo que el otro no desea ni sea presura a hacer cosas de las que, luego,
uno mismo no podrá hacerse cargo.”
“De todas formas, aunque ahora crean estar viviendo momentos muy
agradables y sientan: ‘Lo nuestro va en serio’, si descuidan su desarrollo
personal, todo terminará siendo un pasatiempo sin trascendencia. No olviden que
un juego, por interesante que parezca, nunca deja de ser un juego. Si
multiplicamos diez millones por cero, el resultado da siempre cero. No desearía
que tuviesen una relación así. Sería muy penoso que, en nombre de un amor
superficial, su vida perdiera los valores que la vuelven valiosa y profunda.”
“Por favor, tengan la confianza y la fortaleza de pensar: ‘¡Pobre! ¡Qué
lástima que no haya podido apreciar mi valor como persona’. Esta clase de
flexibilidad ante las circunstancias es muy provechosa.”
“No dejen que un desengaño amoroso les haga perder las esperanzas de la
vida. En cambio, díganse a sí mismos, que no son personas débiles ni frágiles
para dejarse aplastar por un revés del amor. Podrán pensar que nadie hay en el
mundo tan importante como el ser amado, que es totalmente incomparable… Pero
reflexionen un instante. Entre las cien personas que conocerán de aquí en
adelante, ¿es ésa la mejor? Entre las mil o diez mil personas que la vida les
pondrá por delante, ¿no habrá nadie mejor? Si uno va creciendo como ser humano,
también modifica su forma de ver a la gente. Hay quienes sufren desengaños
amorosos; hay quienes sienten que no valen nadad. Pero, por mucho que sufran y
sufran, nunca piensen que su vida no tiene valor. Nunca crean que son inservibles.
Aunque pongan en una torre todos los tesoros del universo, nunca llegarán a
compararse con el valor de su vida.”
“¡Deben ser fuertes! Cuando un ser humano posee fuerzas suficientes,
hasta la tristeza se convierte en alimento y el dolor pasa a ser un
combustible. La verdadera esencia de la vida suele manifestársenos cuando
pasamos por los abismos más oscuros del sufrimiento, cuando creemos que su peso
nos aplastará. Por eso, justamente porque han conocido grandes angustias, es
imperioso que sigan viviendo, creciendo y avanzando, siempre hacia adelante. Si
toman las amarguras como impulso para crecer, podrán adquirir mayor profundidad
y amplitud como seres humanos; esta será la cosecha de su sufrimiento y de su
dolor.”
Fuente: Hermandad Blanca
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