Mathew Killingsworth, investigador con doctorado de la Universidad de Harvard, llegó a una conclusión apasionante en sus estudios sobre el ser humano y su entorno laboral. En una nota publicada en El Tiempo, se cita al profesor estipulando que “ser feliz es la llave maestra para que las personas sean más productivas en la sociedad y alcancen el progreso individual”. Incluso, dice él en la misma nota, que las personas obtienen más felicidad en un buen entorno laboral que con un aumento de sueldo.
 Resultado de imagen para felicidad incrementa la productividad

Como si de un complemento se tratara, en otro prestigioso medio se cita el estudio de la firma Talent Management Consulting, en cuya conclusión se lee claramente que cuando “las personas tienen niveles altos de dopamina y serotonina, aumentan la capacidad cerebral a un 100% y en igual porcentaje, la productividad”.

Y, encontrando un cierre, la consultora Towers Watson publica un estudio bajo el título de Global Workforce Study, para el que entrevistó a 32,000 empleados de treinta países. Las conclusiones de él son tajantes: para el 72% de las personas es más fácil comprometerse con su trabajo si considera que su superior es eficaz.

El diagnóstico es contundente: para mejorar la productividad en las empresas, sus empleados deben ser felices. No obstante, y tal y como se lee en una publicación de El País de España, las empresas se encuentran constantemente con una insatisfacción personal por parte de sus empleados.

Y es allí, en ese punto, donde encuentra mucho sentido lo profesado por la mexicana Rosy D’ Amico, autora del libro El poder de estar contigo, de la editorial Planeta. “Ser feliz -nos cuenta la escritora, después de una conferencia dada en Chicago- es algo que pasa por definir el ser en complemento con el tener”. Para la natural de León, quien hizo sus estudios con gurús de talla internacional como Anthony Robbins y Cloe Madenes, lo importante es “el reencuentro con uno mismo y disfrutar la conexión con lo más preciado que cada quien tiene. Allí es donde las personas van encontrando tranquilidad, felicidad y, por ende, más productividad en su vida”.

Su historia en su profesión, como coach y conferencista, tuvo inicio en una dura experiencia personal. “Hace trece años yo sentía que tenía la vida perfecta: mi esposo ideal, mis dos hijos, la casa anhelada… Y de repente, me arrancan ataques de pánico. Un desespero con todo en mi vida que me llevó a incluso tener pensamientos suicidas. Comencé a estudiar a profundidad sobre estos temas, porque clínicamente no encontraba solución, no hallaba la pastilla mágica, y llegué a este conocimiento”.

Lo importante, para Rosy D’ Amico, es “que cada uno se enamore de su propia historia. Somos seres que hemos logrado cosas increíbles y lo olvidamos. A todo lo que nos pasa le tenemos un ‘por qué’ y comenzamos a encontrarle un trasfondo negativo”. Para ella, la relación de éxito y buena salud emocional es clara e inconfundible. “Malgastamos nuestra energía. Somos como una taza que está llena con nuestras emociones y situaciones de vida, y lo que tenemos es que aprender a vaciarla para llenarla con lo que queremos y realmente necesitamos”.
Para el autor de estas líneas, el objetivo de D’Amico es darle herramientas a las personas para que limpien su interior, superen sus conflictos internos y puedan canalizar sus fuerzas en las áreas de su vida que más la necesitan: su familia, su trabajo, su carrera, sus sueños. En una frase, como ella misma lo dice: “en expandir el potencial que tenemos”.

“Como seres humanos, nos desconectamos con nosotros mismos y en ese momento, no nos hallamos en el mundo. Lo importante entonces es hacer un alto en el camino y recapacitar sobre nuestra posición a nuestro alrededor. Hacer una conexión entre nuestra mente, cuerpo y emociones”. Lo anterior, dicho en conversación por D’Amico para este texto, encuentra sustento en los estudios de la psicóloga Ingrid Alvarado Ortiz, experta en neurofelicidad para la productividad empresarial. Para ella, “antes el cerebro era una cosa, el cuerpo otro y las emociones otra. Ahora, resulta que el cuerpo maneja las emociones y el cerebro también; por medio de la bioquímica”.

La felicidad, en palabras de nuestra entrevistada, pasa por reconectarnos con nuestro ser interior. Pero, ¿cómo lograr esto último? Varias recomendaciones de la autora, podemos dar fe, han sido bastante útiles.

“En la mañana, cuando te levantas, saludas a todo el mundo alrededor, menos a ti mismo. Párate en la mañana frente al espejo y habla contigo, explórate preguntándote sobre ti, pero libre de prejuicios. Cuando saludamos a las personas, sin importar cómo estamos, respondemos con el clásico “bien y tú”. Usar esa expresión es una forma de cerrarnos a la comunicación. Es una forma de decirle a la otra persona: no te importa cómo estoy y no me importa cómo estás. No lo hagamos, seamos más abiertos, más sinceros. Todos los días, regálate cinco minutos. No se trata de salir a fumar un cigarrillo o beberse un trago, es cinco minutos en donde te desconectes de todo, donde puedas explorar tu interior en paz. Te vas a encontrar con cosas fascinantes”.

Nuestra vida laboral es una constante lucha por alcanzar metas cada vez más grandes, y, por eso, vamos encontrando obstáculos en el camino. “Lo importante -dice la entrevistada- es tener las herramientas para que en esos momentos podamos superar esas cargas emocionales que nos van a llegar”. Incluso, también, cuando alcanzamos lo que queremos, podemos no sentirnos llenos. Como decía el gran Bernard Shaw, “hay dos grandes tragedias en la vida: no alcanzar nuestros sueños y, la otra, alcanzarlos”. “Es que muchas veces -nos deja saber Rosy D’Amico- confundimos los medios con las metas. Queremos dinero, pero no porque queramos hacer algo con él, sólo por tener dinero; un buen puesto, pero no porque queramos crear, producir, aportar, sino por encontrar un sustento; una buena casa, pero no para construir un hogar, sino para sobrevivir. Hay que saber cómo vivir los sueños cuando se alcanzan, lograr un complemento entre lo que se tiene y lo que se quiere ser. Juntar nuestro éxito empresarial con nuestra salud emocional es la clave de la felicidad. No dejar que nuestros sueños se conviertan en pesadillas y, por el contrario, transformarlos en etapas para lograr metas más ambiciosas.”

Empresas como Google, Apple y Procter and Gamble, han hecho inversiones inmensas en crear un ambiente de trabajo ameno y entretenido. D’Amico tiene una visión muy compartida sobre esto. “Debemos llevar nuestra sensación de festejo al trabajo”. Pero es claro que, si no se está feliz, ninguna actividad va a resultarnos agradable. Es por eso qué, como dice ella misma, “necesitamos en América Latina una mayor inversión por parte de las empresas en este tipo de entrenamiento para sus empleados”. Una tajante conclusión que comparte Bernardo Castaño Correa, ingeniero industrial con MBA en Negocios Internacionales y estudios en Alta Gerencia PDD, para quién “los tomadores de decisiones, una vez entienden la relevancia de esta inversión sobre sus empresas, buscarán las herramientas para poder impactar positivamente el rendimiento, la satisfacción, motivación, el clima laboral y la productividad en sus organizaciones”.

Ahí es donde entra la metodología “Refresh”, de la que D’Amico es experta. “La idea es generar dinámicas grupales, para que las personas puedan librar estrés y problemas, aprendiendo a integrar herramientas y procesos internos que los lleven a expandir su potencial en los objetivos de la empresa. Haciendo un alto en el día y a través de técnicas antiestrés, de enfoque, de liberación, se puede redirigir la energía y mejorar todo el entorno laboral”.

Hoy, también, Rosy D’Amico ha enfocado su carrera en los últimos meses en los Estados Unidos, donde se ha concentrado en dar herramientas de empoderamiento a los grupos latinos, para que puedan tener una posición más proactiva frente a la nueva situación política que se avecina, teniendo un especial énfasis en las mujeres.

Fuente: Revista Forbes