Muchas personas en todo el mundo tienen la misma
sensación, no sienten pertenecer a ningun lugar en este mundo, que no tienen ninguna vinculación con este planeta.
Algunas teorias de ciertos investigadores inteentan explicar esto sugiriendo que estas personas
podrían ser espíritus que se manifiestan como seres humanos, que han venido de
otros planetas o dimensiones superiores. Sin embargo, esta enigmática sensación incluye
confusión sobre las normas de comportamiento y sentirse“diferente” a los demás, o encontrarse atrapado dentro de una
ilusión.
Quienes padecen esto pueden
tener la necesidad de escapar de esta realidad, pero “algo” los
mantiene amarrados en la Tierra. Algunos sienten que desde que nacen tienen estas
misteriosas sensaciones, discriminados por una sociedad
políticamente correcta.
Desde un punto de vista psicológico,
todos tendemos a tener o querer tener un sentido de pertenencia. Definido esto como
la noción que puede vincularse al proceso fisiológico de recepción y
reconocimiento de estímulos que
se realiza mediante los sentidos; a la razón o el entendimiento; a la
significación cabal; o a la finalidad de algo.
A nivel social, la pertenencia es
la circunstancia de formar parte de un grupo, una comunidad u otro tipo de
conjunto. En resumen el sentido de
pertenencia es la satisfacción de una persona al sentirse parte integrante
de un grupo.
La persona de este modo, se siente identificado con
el resto de los integrantes, a quienes entiende como pares.
Esto supone que
el ser humano desarrolle una
actitud consciente respecto a otras personas, en quienes se ve reflejado por
identificarse con sus valores y costumbres. El
problema es cuando esto no sucede.
Este sentido, por otra
parte, confiere una conducta activa al individuo que está
dispuesto a defender su grupo y a manifestar su adhesión, apoyo o inclusión a
la comunidad de manera pública.
Un ejemplo de sentido
de pertenencia puede encontrarse en la relación entre una persona y su país. El lugar de
nacimiento, sumado a la crianza y la educación en un determinado territorio,
puede generar un sentido de pertenencia que lleve a un individuo a
identificarse con sus compatriotas y a desear el bien a su nación, incluso
cuando esto signifique que otra se vea perjudicada. Sin lugar a dudas, el
ámbito en el que más comúnmente se aprecia este lazo aparentemente
irrompible es el deporte, especialmente el fútbol.
Sin embargo, el
sentido de pertenencia a un país, o incluso a una familia, puede desaparecer y
ser reemplazado por otro vínculo. Las
personas que se van de su tierra natal en busca de un futuro mejor lo hacen
porque no han recibido las suficientes herramientas u oportunidades para ver
sus planes florecer en su lugar de origen. En casos como éste, si existe un
sentimiento de nacionalismo antes de emprender el viaje, no suele mantenerse
vivo durante mucho tiempo.
Esto no significa que
necesariamente deba existir un sentido de pertenencia a una nación y que si se
desvanece el original, entonces éste deba ser reemplazado por otro; muchas veces el lazo más estrecho se
establece con uno mismo, con los seres que nos acompañan de verdad, que nos apoyan
y se atreven a decirnos lo que realmente piensan de nuestras ideas y actitudes,
con aquéllos que permanecen a nuestro lado en las peores épocas.
Ante la idea de no
pertenecer a una tierra definida por
fronteras, sino a la Tierra como punto común a todos los seres vivos con los
que compartimos el mismo oxígeno, la misma agua y el mismo Sol, podemos
volvernos más fuertes, conocernos más a nosotros mismos y respetarnos más, como
consecuencia de abandonar la idolatría.
El ejemplo más cercano
que tenemos de sentido de pertenencia puro es el que sienten los animales que
se agrupan en manadas, como ser los lobos o los leones. Si bien su forma de
comunicarse es diferente a la nuestra, no es difícil apreciar la importancia
que dan a sus compañeros, a sus roles y a los ajenos, al bienestar general y a
mantener la unión para ser más fuertes.
No sabemos qué piensan
o si consideran que su especie sea superior a las demás (como hacemos los seres
humanos), pero al menos no los vemos perder el tiempo: saben defenderse y
autoabastecerse, transitan infinidad de kilómetros y superan el frío y el calor
intensos. No hay préstamos ni becas denegadas. No hay gobernantes corruptos.
Solamente hay compañía verdadera, un sentido de pertenencia a quienes están y
estarán siempre de verdad, en carne y hueso, con una sola cara.
Todos tenemos
y anhelamos el tener y permanecer en algo que podamos llamar hogar. Pueden
ser personas, un grupo, puede ser un lugar en específico, una ciudad o
un país. Por lo general, lo queremos
cuando no estamos en un lugar estable ni que podamos llamar propio, o si nos
encontramos muy lejos de nuestros seres queridos. Lo podemos sentir más
latente cuando nos cambiamos de hogar, y aunque estamos construyendo uno nuevo,
puede que tome tiempo encontrar ese bienestar.
Una sensación de comodidad, de seguridad y que no
estás solo. Cuando eso
desaparece, hay una soledad muy grande en esta situación, de querer sentirse en
casa y no lo logras, por más que incluso muchas veces tengas a tus seres
queridos cerca. Cada persona lo sentirá como suyo de distinta manera, por
eso es tan difícil de explicar y de tener una respuesta única cuando este
sentimiento nos aqueja.
A mí también
me ha pasado. Que a pesar de estar con aquellos con quienes creciste, no puedes
lograr hacer ese “click” que pensabas que ocurriría, esa conexión que esperabas
o que tenias, y solo quieres volver a donde estabas antes. O te vas
sola a una nueva ciudad, y tienes a tu familia cerca, tienes a seres queridos y
todo lo que haces es formar la nueva vida que te estaba esperando, pero aún hay un vacío que te preguntas
si algún día terminará.
Todo
se ve familiar, pero no se siente así. Cuando ya te has quedado con esa sensación, no importa
dónde vayas: es probable que te sigas sintiendo igual, ya lo tienes dentro de
ti, ya lo has internado y es un pensamiento que no quieres soltar. Anhelas un
momento que ya no existe, y probablemente nunca volverá, es como anhelar un
fantasma, o una ilusión. Es solo un bello recuerdo, pero no debes dejar que se
estropee.
Teorias de procedencias
de otros mundos
Algunos aseguran que los
espíritus que encarnan en la Tierra procedente de otras civilizaciones
planetarias avanzadas son más desarrollados espiritualmente. Siendo
almas más viejas, más equilibradas y en sintonía, encuentran la locura de esta
ilusión terrenal un tanto estresante y desconcertante. Se sienten como si
la Tierra no fuera su verdadero hogar. Que su mundo natal podría ser
altamente civilizado, con una población que opera en unidad y armonía, con
conductas sociales y un equilibrio socioeconómico.
Una explicación espiritual, supone
que estas personas inconscientemente conocen la importancia de altas
energías de vibración como el amor y la luz, y que son parte de una sola
creación infinita, pero por desgracia también están sujetos al olvido cuando
nacen.
Este
olvido “voluntario” seria necesario de otra manera no se podría vivir
en esta realidad. Aquellos que sienten como si la Tierra no fuese su
verdadero hogar, puede que tengan un gran interés en la tecnología y en el tema
paranormal, son amables y con ganas de ayudar a los demás, y sin olvidarnos de
que son muy despiertos espiritualmente, unos rasgos procedentes de su raza
extraterrestre.
Son ilusiones que utiliza nuestro
cerebro para justificar lo que nos pasa, para hacernos sentir un poco especial
y no tan segregado o auto segregados por las diferencias. Se tiende a encontrar
similitudes con algo ilusorio.
Es normal que te sientas
identificado con lo que dice el párrafo mas arriba cuando explica que estas
personas tienen un gran interés en la tecnología y en lo paranormal. Con el nivel de información en el que vivimos
y de globalización, las generaciones están viviendo grandes cambios cada vez
mas rapidos, y puede ocurrir que esto conlleve una falta de adaptación por el
ritmo que llevan. Los jóvenes y adolescentes mas sensibles son mas susceptibles
a sufrir esta sensación de no pertenencia por su falta de madurez, y de
herramientas para hacer frente a todos estos cambios, por su inseguridad.. y lógicamente
ellos están interesados en las nuevas tecnologías hoy en dia.
Este sentimiento es peligroso en algunas personalidades y en adolescentes principalmente, son vulnerables a las drogas, psicopatas y manipuladores.
¿Cómo se sienten?
Desde su infancia, estas personas
sienten la sensacion de ser incomprendidas y les resulta difícil localizar a
otras con quienes identificarse. Cuando consiguen encontrar personas
afines a sus ideas y sentimientosque sienten pueden progresar espiritualmente
juntos y conseguir avanzar en la vida.
Sin embargo, incluso así
hay un trasfondo de insatisfacción, ya que esta ilusión terrenal continúa
alterando sus sentimientos. La confusión puede surgir debido a que su
subconsciente o espíritu recuerda “su vida anterior”, sin embargo, tiene
que convivir con la desigualdad, las crisis financieras, los problemas sociales,
las guerras, y una comunidad mundial que carece de unidad.
Esto no evita que sientan la
necesidad de ayudar a los demás, ya que vinieron a nuestro planeta con este
objetivo. A veces, el aislamiento puede evitar que sus objetivos se cumplan,
necesitando amor, guía y apoyo de otras personas para que vuelvan a la vía
positiva.
¿Cómo es posible?
En la comunidad espiritual se
cree que la Tierra está cambiando la vibración planetaria de la
tercera a la cuarta dimensión. Muchas almas están encarnando aquí de otras
esferas planetarias y de dimensiones superiores, que son mucho más avanzadas
que la nuestra.
Estas personas están aquí para la
transición y es una gran oportunidad para el aprendizaje y la
experiencia. El objetivo general es completar otra vida de descubrimientos
en beneficio de la conciencia universal y la creación. A su vez,
estas almas avanzadas elevan la vibración del planeta para que se pueda
realizar con éxito la transición de la tercera a la cuarta dimensión.
Aunque la frecuencia de la
energía de la Tierra está aumentando, la mayoría de espíritus que encarnan aquí
tienen una vibración más baja, representada por la codicia, el hambre de poder
y la manipulación. Algunos espíritus están encarnando aquí desde otros planetas
como el nuestro. Estos espíritus se han desarrollado lo suficiente como para
hacer la transición.
¿Qué hacer si tienes
esta sensación?
Ten calma. Es
difícil, pero tampoco es bueno que te sientas por siempre como que no
perteneces a ningún lugar. Haz de tu corazón y tu amor tu hogar.
Amigos, caras familiares, cosas que te gustan, comienza a saber que van a
cambiar toda la vida, y debes adaptarte y amarlos como hogares temporales. Mientras menos te aferres, menos te
dolerá. Y no por eso serás una mala persona.
La verdad es que no hay un manual
para este tipo de personas, la sociedad a veces intenta desplazarlos o
ignorarlos por su falta de integración y actitud. Pero aquellos que sufren esta
sensación recomiendan utilizar la intuición y tener buenos
sentimientos para elevar la vibración mediante la radiación de luz y amor. Esto
se consigue haciendo felices a los demás, como ayudando a amigos en problemas,
participando en obras de caridad, o simplemente siendo amable con las personas.
Pero hay que recordar que no
todos los casos son los mismos, y cada persona con este sentimiento puede tener
objetivos muy diferentes. También estan aquellos con la inusual capacidad de
conseguir todo lo que se propongan, y así también ayudan a terceras personas.
Aunque el verdadero poder reside en la unidad, y cuando existe la unión, su
poder es ilimitado. Y cuando esto ocurre, se encuentra con un mundo totalmente
nuevo, diferente, pero no exento de problemas.
Fuentes: Definicion.de, Upsocl, misterioalaorden.com
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