Cada mañana al despertar recobramos la conciencia, lo cual es un hecho
maravilloso; pero ¿qué recuperamos exactamente? El neurocientífico
Antonio Damasio emplea esta pregunta sencilla para mostrarnos cómo el
cerebro crea la sensación de sí mismo.
Damasio, Antonio, El error de Descartes, Madrid, Crítica, 2006. 344 págs.
Antonio Damasio, prestigioso médico
neurólogo, analiza en “El error de Descartes” la importancia de las
emociones en la neurociencia y sus consecuencias en la toma de
decisiones. El planteamiento global del libro, en un estilo riguroso y,
la vez, didáctico, gira en torno a la relación entre las emociones y la
razón. El autor propone que el sistema de razonamiento se desarrolló
como una extensión del sistema emocional, el cual permitía tomar
decisiones no conscientes, imprescindibles para nuestra supervivencia. Y
es que las emociones juegan un papel trascendental en las intuiciones.
La hipótesis, respaldada por las investigaciones posteriores en
pacientes con lesiones en el lóbulo frontal, propone que la razón y la
emoción requieren una complementación mutua.
Phineas Gage
El libro comienza analizando el caso de
Phineas Gage (1848), un trabajador de la construcción de una línea
férrea en Vermont, Estados Unidos. Tras una explosión, una barra de
hierro penetra por la mejilla izquierda de Gage, perforando la base del
cráneo y atravesando la parte frontal del mismo. Gage no llegó a perder
el conocimiento y, en dos meses, se recuperó completamente, al menos en
apariencia. No tenía dificultades para hablar o para moverse, sin
embargo, la persona responsable de antaño se fue convirtiendo en un ser
inestable, incapaz de tomar decisiones adecuadas. Su comportamiento
revelaba una conexión entre la racionalidad deteriorada y una lesión
concreta.
Damasio examina casos modernos de
lesiones prefrontales que evidencian comportamientos similares. El
análisis de estos pacientes revela una combinación de defectos en la
toma de decisiones, junto a emociones y sentimientos planos. El autor
propone que la razón humana no depende de un único centro cerebral sino
de varios sistemas en continua cooperación.
Eso refleja una idea importante del
libro, la de que los circuitos cerebrales que se ocupan conjuntamente de
las emociones y de la toma de decisiones suelen participar en la
gestión cognitiva y el comportamiento social. Este concepto conecta,
directamente, la neurociencia con los fenómenos socio-culturales.
La mente y el cuerpo
A continuación, el autor intenta explicar
por qué en una única región del cerebro se hallan reunidas funciones
tan dispares que se pueden manifestar al tomar decisiones, procesar
emociones o conservar una imagen mental.
Una idea importante analizada, y que está
relacionada con lo anterior, es que la mente no sería como es, si no
fuera por la interacción entre el cuerpo y el cerebro durante la
evolución, durante el desarrollo individual y en el momento presente.
Los fenómenos mentales sólo pueden comprenderse en el contexto de la
interacción de un organismo con su ambiente. Poseer una mente conlleva
la capacidad de formar representaciones neurales que pueden convertirse
en imágenes, ordenadas a través del pensamiento, e influir en el
comportamiento para predecir, planificar y elegir. Esto nos conduce a la
conciencia.
Al intentar explicar toda la maquinaria
cognitiva y neural que hay detrás del razonamiento y la toma de
decisiones, se analiza el concepto de sentimiento. La idea considerada
expresa que la esencia del sentimiento es la percepción directa del
leguaje corporal. Damasio propone que los sentimientos no sólo se basan
en el sistema límbico sino también en algunas de las cortezas
prefrontales que integran señales que proceden del cuerpo.
Contrariamente a la opción científica tradicional, los sentimientos son
tan cognitivos como otras percepciones.
Emoción y sentimiento
Otra propuesta original del autor,
probablemente no del todo esclarecida, es la diferenciación que hace de
los conceptos emoción y sentimiento. La experimentación de una emoción
conlleva un conjunto de cambios del estado corporal conectados a
determinadas imágenes mentales que han activado un sistema cerebral
específico. Es decir, un estímulo desencadena una reacción automática.
Cuando somos capaces de percibir un estímulo generador (exterior), la
reacción en el cuerpo (la determina el cerebro) y las ideas que
acompañan a esta reacción, tenemos un sentimiento.
Existen emociones positivas y emociones
negativas. El objeto de una educación adecuada para los jóvenes, e
incluso para los adultos, conllevaría el aprendizaje de la gestión
emocional, cultivando las emociones buenas e intentando eliminar las
malas. Aunque, como seres humanos que somos, hemos de asumir que
presentamos ambas.
Hipótesis del marcador somático
Partiendo de la base del estudio de
pacientes con desórdenes de tipo emocional y dificultades en la toma de
decisiones, el autor establece la hipótesis del marcador somático, según
la cual, las emociones ayudan en el proceso de razonamiento (la
creencia común era que lo perturbaban). Los marcadores somáticos
constituyen un tipo especial de sentimientos, adquiridos mediante la
experiencia, que ayudan a deliberar resaltando algunas opciones.
Especialmente inquietante resulta el
relato de la historia de un paciente con lesión prefrontal, explicando
sus peripecias conduciendo por una carretera nevada en su visita
concertada, y su indecisión inacabable al argumentar pros y contras en
la elección de la fecha de su próxima visita.
“Existo, luego pienso”
La distinción dualista entre mente y
cuerpo “no pensante” del “Pienso, luego existo” de Descartes, constituye
el verdadero Error, según la propuesta del autor. Durante la evolución
apareció una conciencia elemental y, con ella, una mente simple. El
progreso hacia una mente más compleja posibilitó el pensar y, más tarde,
utilizar el lenguaje para comunicar y organizar mejor el pensamiento.
Por lo que se ha de concluir, que para nosotros en el principio fue el
ser y, sólo más tarde, el pensar.
Como dice Damasio, “la comprensión global
de la mente humana debe relacionarse con un organismo completo, formado
por la integración del cuerpo propiamente dicho y el cerebro, y
completamente interactivo con un ambiente físico y social”
Como conclusión, podemos afirmar que
se trata de un libro ameno, en el que confluyen el rigor científico y
el tono divulgativo. Indicado para todo tipo de lectores, desde el
público general hasta el investigador experto. Una obra imprescindible a
nivel neurológico, con importantes aplicaciones educativas. Y es que
los docentes, no pueden continuar destilando contenidos puramente
académicos, sin considerar la gestión emocional y social que garantiza
la preparación de buenos ciudadanos. Damasio, a través de esta obra, con
el análisis de los mecanismos neurales en los que se asentan la
memoria, la toma de decisiones o la consciencia, nos abre vías
alternativas a las tradicionales. El pasado no puede cambiarse, pero el
futuro está en nuestras manos.
Autor: Jesús C. Guillén
Fuente: Bog Escuelaconcerebro
https://escuelaconcerebro.wordpress.com
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