Así lo afirma la
Organización Mundial de la Salud en el Día Mundial de la Salud Mental; expertos
explican la incidencia de los trastornos emocionales y de conducta en la vida
La Organización
Mundial de la Salud (OMS) estima que los desórdenes
mentales representan el 12% de las causas de enfermedades en el mundo y que un
46% de del total de estas patologías están vinculadas a cuadros depresivos. De
continuar esta tendencia, para el año 2030 la depresión sería la principal
causa de discapacidad en todo el mundo, sin importar niveles socio-económicos,
países, creencias o culturas.
Desde el año 1992,
cada 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, con el
objetivo de promover este aspecto de salud en la conciencia pública y
concentrar la atención en la identificación, tratamiento y prevención de algún
trastorno emocional o de conducta.
"Los trastornos
depresivos se asocian frecuentemente con adicciones como el alcoholismo o con
situaciones de violencia y maltrato. Y esto genera aislamiento. El factor
social, el andamiaje interno de una persona y las condiciones familiares y
ambientales tienen una importancia decisiva en el origen de estas
patologías", explicó el doctor Horacio Vommaro, jefe de Psiquiatría del Instituto de
Neurociencias Buenos Aires (Ineba).
Y agregó: "Es
común que en la primera consulta los pacientes expresen que sienten una
disminución o perdida de energía y desinterés o indiferencia por lo que en otro
momento fue parte de las motivaciones de su vida cotidiana. Refieren trastornos
de sueño, del apetito y del deseo sexual".
El experto precisó que
pueden presentar irritabilidad y una variada sintomatología somática (síntomas
ubicados preferentemente en el aparato digestivo y/o cardiovascular), o sufrir,
además, modificaciones importantes tanto en el ámbito laboral, como en el
académico o social. Y es frecuente que tengan una mirada pesimista hacia el
futuro por vivir en un presente agobiante.
"La depresión es
solucionable. Lo importante es la consulta temprana y su abordaje integral, con
un equipo médico profesional interdisciplinario (no solo un psiquiatra) que
entienda a la salud mental como parte de la salud. Por otro lado, es
fundamental cuidar la dignidad del enfermo. La internación psiquiátrica debe
ser vista como un recurso terapéutico para ayudar al paciente, y no como un
castigo", concluye Vommaro.
Depresión
gestacional
Uno de los trastornos
emocionales o de conducta más frecuentes ocurre durante el embarazo y posparto.
Y está relacionado con el estado del ánimo y la ansiedad.
"Aquellos
sentimientos de depresión que aparecen durante los nueve meses se los denomina
depresión gestacional y, quienes la padecen tienen tres veces más riesgo de
padecer de depresión luego de dar a luz", afirmó la licenciada Patricia
Martínez, del departamento de Psicología de Halitus Instituto
Médico
Según la especialista,
la depresión postparto es un síndrome afectivo que, de acuerdo a su gravedad,
se clasifica en:
Disforia posparto. Es
un estado transitorio que se inicia en los primeros dos-cuatro días posteriores
al parto, dura no más de dos semanas. Es el más frecuente, afecta al 85% de las
mujeres que acaban de dar a luz. Por su sintomatología es un estado semejante
al síndrome premenstrual.
Depresión posparto es
una depresión mayor que suele aparecer entre las dos semanas y el año después
del nacimiento del hijo. Se caracteriza por sentimientos de culpa,
irritabilidad, llanto, fatiga. Afecta directamente la capacidad para cuidar al
hijo, por lo cual es necesaria la intervención farmacológica y
psicoterapéutica.
Psicosis posparto es
una enfermedad aguda y grave. Se produce en una a dos mujeres por cada mil
nacimientos. Se suele desarrollar las primeras semanas después del parto. En la
psicosis posparto aparece inquietud, paranoia, confusión, incoherencia y
negativismo. Pueden aparecer delirios relacionados con la salud del hijo, la
intervención psiquiátrica a tiempo evita que derive en un trastorno psicótico
crónico.
"Si bien es
esperable que durante el embarazo y/o el puerperio, la mujer pueda experimentar
alteraciones en el estado de ánimo y en las emociones, dichas alteraciones
deben ser atendidas debidamente con el fin de evitar el desarrollo de patología
psicológica o psiquiátrica. Dichas alteraciones impactan de lleno en el vínculo
entre la madre y el recién nacido", explicó Martínez.
Y agregó: "El
mundo interno de una mujer cursando depresión o más aún, psicosis, la invalida
por completo en el cumplimiento del rol materno. Uno de los fenómenos más
importantes que se da en este momento es lo que se conoce como
"apego", pilar fundamental en la construcción del psiquismo del
recién nacido, dado que por la vía del apego la madre contiene, e interpreta al
recién nacido en su inmadurez pudiendo responder en forma de satisfacción a sus
necesidades y calmando su angustia".
La licenciada concluyó
que "la depresión, y por supuesto la psicosis, lleva a la persona a estar
para adentro sumida en su propio universo emocional, poco receptivo y por lo
tanto, poco disponible para interactuar con el niño. Por esta razón es
altamente recomendable la detección del desajuste emocional por parte de los
profesionales tratantes, y por supuesto, de la familia que es quien comparte
con la paciente el día a día".
Fuente: La Nacion - Sociedad
Autor: Victor Ingrassia
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