Retrata a personas que viven en la calle y los ayuda a conseguir trabajo y lugar para dormir; tiene más de 23 mil seguidores en Instagram
Tomó su auto y con apenas unos dólares se fue a recorrer la ruta. En el medio recogió a un hombre en situación de calle y vivió con él un mes. Le compró ropa, lo ayudó a confeccionar un currículum y le consiguió trabajo en un día.
La vida de Hugo Tamer, conocido por todos como "Pachi", podría servir de guión para una película. No es un rockstar, aunque tiene miles de seguidores en las redes sociales. Publicista, fotógrafo y emprendedor argentino, de 45 años, fundó una ONG que retrata a la gente en situación de calle y los ayuda a conseguir un trabajo, un techo, una rehabilitación, o el reencuentro con su familia.
"Toqué fondo", pensó cuando en el transcurso de pocos meses su mujer le pidió el divorcio, tuvo que abandonar su casa y separarse de su pequeña hija, Helena, que entonces tenía un año y medio. Sus padres además sufrieron un accidente automovilístico. Su papá estuvo diez meses en coma y murió; su mamá tenía todos los huesos rotos y no podía levantarse de la cama.
Estaba solo. Vivía en Austin, en los Estados Unidos, y le costaba conciliar el sueño por las noches. Un conocido lo asistió y lo dejó dormir en el sillón de su casa. Seguía trabajando en una agencia de publicidad, aunque la calma llegaba en sus ratos libres. Sin saber con qué se encontraría, sacaba su cámara y fotografiaba a personas desconocidas. Detrás de cada rostro- se decía a sí mismo- hay una historia que merece ser escuchada.
"Me encontré, en apenas unos meses, con una situación caótica. Estaba atravesando momentos muy difíciles y además estaba en un país que no era el mío. Un día le ofrecí un dólar a un hombre que estaba en la calle para sacarle una foto. Empezamos a hablar y algo cambió en mí. Esa conversación me dio contención y me hizo dar cuenta que no estaba tan jodido como pensaba. Mis problemas al lado de los de él se hicieron pequeños y me sirvió para valorar todo lo que tenía", le cuenta a LA NACION.
Ese fue el surgimiento de One Dollar Dreams. Tenía más de 5000 seguidores en la aplicación de fotos Instagram y pensó que si cada uno le donaba un dólar podría ayudar a una persona.
UNA CHARLA QUE CONMOVIÓ
Cuando "Pachi se desnudó, el auditorio enmudeció. La charla que brindó el año pasado en TEDxRosario pronto superó las 100 mil visitas. "Me compré zapatos nuevos y se los quería mostrar", empezó diciendo. Vestía un pantalón sucio y gastado, un saco que le quedaba grande y una barba que apenas dejaba entrever sus ojos negros.
Pachi quería demostrar que no importan las apariencias. "Cuando estaba en Buenos Aires estudiando publicidad, en la facultad, nos dieron un ejercicio que consistía en cambiar algo en la calle para ver cómo reaccionaba la gente. Me fui vestido igual que hoy al Obelisco y cuando los autos paraban en los semáforos en vez de pedirles dinero les daba un peso. Comprobé los prejuicios de la gente porque subían la ventana y pretendían que no estaba, que no existía", siguió su alocución.
En su vida sufrió momentos económicos límites. En el 2001 lo golpeó la crisis y se quedó sin empleo. Sin saber inglés decidió viajar a Londres con sólo 1000 dólares y una bicicleta. Vivió un año, trabajó lavando platos en un restaurante brasileño e instalando aires acondicionados, hasta que fue deportado.
"Viajé a Europa a los 30 años sin un peso. Por momentos la pasé muy mal, pero me hizo fuerte y me enseñó a ver desde otra perspectiva todo. Haber nacido de un lado o de otro de la frontera es aleatorio y lo mismo pasa por tener o no dinero", cuenta a este medio.
Cuando volvió a Capital Federal, consiguió empleo en una importante agencia de publicidad. Dos años después fue contratado como creativo en los Estados Unidos. Se puso de novio, se casó y tuvo una hija. En el 2010 sus papás se accidentaron cerca de Santiago del Estero y se separó de su mujer.
En un momento sintió que había perdido todo y -según dice- fue entonces que sintió la necesidad de reciclarse como persona y valorar todo lo que en la sociedad actual se ve como residuo.
EL CONTACTO CON LA GENTE
"A partir de ahí me enfoqué en hacer retratos de la gente de la calle. Encontré en ellos la familia y el apoyo que me faltaba. Empecé a ganar seguidores. Un día me encontré con un señor. Le di un dólar y le saqué una foto. Antes de irme me dice: «¿Sabés que me gustaría hacer antes de morirme? Ir al Octoberfest». Nos reímos los dos"
Pachi recuerda que el hombre era descendiente de alemanes y le contó que siempre soñó con viajar ahí. Fue entonces que pensó que si cada uno de los 5000 seguidores que tenía en Instragram donaba un dólar podía cumplir su sueño e incluso escribir un libro con la experiencia. "La respuesta fue inmediata. Una mujer en Tokio puso 100 dólares y un en Sudáfrica cinco... Así empezó todo", expresa.
No creo en la anarquía, para mí los cambios se pueden generar desde adentro. Con todo esto me replanté mi carrera y le pude dar sentido a lo que hago"
Una de las historias que más le impacto a "Pachi" fue la de Alex. Un amigo al enterarse la muerte de su papá lo invitó a Colombia. En Medellín estaba esperando para tomarse con un colectivo cuando vio a un joven de unos 35 años sentado en una vereda. No podía parar de llorar y se tapaba el rostro con sus manos. Su pie izquierdo sangraba, pero eso poco importaba. Había recaído en las drogas. En su mano tenía un papel con una dirección: era el centro de rehabilitación que había abandonado porque no podía afrontar sus costos.
Alex estaba empapado. Era adicto al basuco ( una droga muy parecida al paco). Le habían robado la guitarra con la que se ganaba el dinero para sobrevivir día a día tocando en los colectivos y las zapatillas. Estaba desesperado. Pachi- junto a sus seguidores de Instragram- afrontaron el costo para su recuperación. La clínica salía 200 dólares por mes.
PROYECCIONES
Hasta el momento Pachi viajó por seis países (El Salvador, México, Uruguay, España, Colombia y Estados Unidos) sacando fotos, contando historias y dando conferencias. Tiene más de 23 mil seguidores en Instagram. El año pasado estuvo nominado en los Estados Unidos a mejor creativo extranjero. Suele ser también modelo de una importante marca de ropa argentina y como si fuera poco está en negociaciones para hacer un reallity show. La idea es hacer diez capítulos, uno por país, y al final de cada episodio cumplir un sueño.
"Hacer los retratos de la gente e involucrarme en lo social me sirvió y me sigue sirviendo a nivel personal. Estoy feliz que esto vaya tomando forma. Trato de usar las herramientas de mi profesión para "vender" sueños. No creo en la anarquía, para mí los cambios se pueden generar desde adentro. Con todo esto me replanté mi carrera y le pude dar sentido a lo que hago", dice.
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