"...La felicidad no es algo vago e impreciso, ni una sensación nebulosa: es el efecto de un flujo correcto de sustancias químicas que proporcionan al ser humano su equilibrio físico y psíquico. Así, la felicidad se puede incrementar por medio de las siguientes actitudes o actividades, todas productoras de estas "drogas" internas:
Amar y disfrutar apasionadamente lo que hacemos. Tener relaciones con personas que nos motivan y enriquecen nuestra fuerza vital.
Tener una autoestima positiva y un sentido del valor personal. Trabajar y lograr pequeñas o grandes metas. Descansar y dormir profundamente. Manejar adecuadamente el estrés.
Hacer ejercicios regularmente: "mente sana en cuerpo sano".
Recordar los momentos felices de nuestra vida, ya que en esos momentos la mente no distingue entre lo real y lo imaginario.
El secreto está dentro de nosotros. Sentirnos felices es, en parte, una cuestión de actitud hacia la vida: las drogas de la felicidad no se consiguen en el exterior, sino que son creadas mediante una vida llena de amor, entrega, optimismo, ejercicio, satisfacción personal ante el logro de metas y vocación y devoción por lo que se hace...."
Fuente: http://www.psikologia.com
Articulo: La bioquímica del amor
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