Deja
de tratar que suceda algo.
Dejar
de hacer, tanto si esto te está desgastando o con ello no estás logrando los
resultados deseados. Deja de pensar tanto en ello. Deja de preocuparte por
ello. Deja de estar tratando de forzar, de manipular, de obligar o de hacer que
suceda.
Hacer
que sucedan las cosas es controlar. Podemos tomar una acción positiva para
ayudar a que sucedan las cosas. Podemos hacer nuestra parte. Pero muchos de
nosotros hacemos más que nuestra parte.
Sobrepasamos los límites de cuidar y hacer nuestra parte y nos embarcamos en una conducta controladora, coercitiva, de cuidar excesivamente a los demás.
Sobrepasamos los límites de cuidar y hacer nuestra parte y nos embarcamos en una conducta controladora, coercitiva, de cuidar excesivamente a los demás.
Controlar
es autoderrotista. No funciona. Al ofrecernos demasiado para hacer que suceda
algo, de hecho podemos estar impidiendo que ocurra.
Haz
tu parte relajadamente, con armonía, en paz. Luego, déjalo ir.
Simplemente
déjalo ir. Oblígate a dejarlo ir si es necesario. “Actúa como si”.
Pon
tanta energía en dejarlo ir como las has puesto en tratar de controlar.
Obtendrás mucho mejores resultados.
Puede
que no suceda. Puede ser que ocurra de la manera como nosotros queríamos y
esperábamos. Pero nuestra conducta controladora tampoco hubiera logrado que
sucediera.
Aprende
a dejar que las cosas sucedan, porque así ocurrirá, de todas maneras. Y
mientras esperamos a ver qué sucede, estaremos más felices y también lo estarán
quienes nos rodean.
“Hoy dejaré de forzar a que sucedan las cosas. En vez
de ello, permitiré que las cosas ocurran de manera natural. Si me sorprendo
tratando de forzar eventos o de controlar a la gente, me detendré y descubriré
una manera de desapegarme”.
(Melody Beattie de
su Libro El Lenguaje del Adiós).
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