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La vía Zen como camino para la ética universal, ¿es posible?

El maestro Zen, Dokusho Villalba, y el filósofo Juan Marcial Rufo opinan




La Vía del Zen es un camino de despertar espiritual de más de dos mil quinientos años de antigüedad, una tradición que se ha perpetuado de generación en generación, de maestro a discípulos, atravesando culturas y áreas geográficas muy diversas. ¿Se puede fundamentar la ética en la filosofía y la espiritualidad? Y, en concreto, ¿es la Vía Zen un camino para la ética universal? En este artículo presentamos dos opiniones al respecto: la de un maestro Zen, Dokusho Villalba; y la de un filósofo, Juan Marcial Rufo. Por Leandro Sequeiros.


El origen del Zen se remonta al Buda Sakiamuni, fundador histórico del Budismo quien vivió en el siglo V a.C., aunque las técnicas de meditación empleadas por el Buda datan al menos del siglo XIX a.C. 

En efecto, en la últimas excavaciones realizadas en Mohenjo Daro, una de las principales ciudades de la civilización dravídica que se extendió por el valle del Indo antes de la invasión de los indoeuropeos, se ha encontrado una estatuilla de un asceta en la postura de meditación del loto que los practicantes Zen de hoy en día seguimos utilizando. Esta estatuilla ha sido datada como procedente de alrededor el año 1800 a.C., es decir de hace unos 3800 años. 

El zen no es una teoría, ni una filosofía, ni una religión, ni un sistema doctrinal basado en dogmas. Es sobre todo una experiencia, una praxis, una forma de vivir, una actitud ante la vida y ante la muerte. La esencia de esta experiencia es sobre todo la realización vivencial de la verdadera naturaleza de nuestra existencia y una forma de vida que se desprende naturalmente de esta realización. 

El acceso a esta experiencia tiene lugar principalmente a través de la práctica de la meditación zen llamadazazen. El camino del zen se basa en tres pilares: 1. La práctica de la meditación sedente o zazen; 2. El estilo de vida o comportamiento ético; y 3, la comprensión trans-racional de la realidad o sabiduría. La plena realización de las enseñanzas zen implica el cultivo y la realización de estos tres aspectos. 
En este artículo, que fue originalmente una conferencia de Dokusho Villalba, se desarrolla el aspecto del estilo de vida o comportamiento ético, ya que este aspecto constituye la base imprescindible de una práctica meditativa adecuada. 

• ¿Qué es la ética? 

Según el maestro Zen, la ética es definida como la parte de la filosofía que trata sobre la moral y las obligaciones del ser humano. A su vez, la moral es la disciplina que estudia las acciones humanas en base a su bondad o su maldad. En el corazón de toda ética se encuentran pues los conceptos de Bien y de Mal. 

La pregunta clave es ¿qué es el Bien, qué es el Mal? El maestro Zen japonés Menzan Zuihô, del s. XVIII, escribió: 

“El Bien no es un valor absoluto ni universal. Sin embargo, nos aferramos tercamente a lo que nosotros consideramos como bueno creyendo que es realmente el Bien. El Mal tampoco es un valor absoluto. Aún así nos apegamos a nuestros propios juicios y no actuamos espontáneamente. Lo que nosotros consideramos firmemente como bueno, otros pueden considerarlo como malo, y viceversa. Pero aunque todos nos pusiéramos de acuerdo respecto al Bien y al Mal, este acuerdo no sería más que un juicio emitido por la mente ilusoria que se manifiesta en forma de conocimientos, puntos de vista, experiencias condicionadas, etc.” 

Otro maestro zen, Yoka Daishi (China,s. VIII), escribió en su obra “El Canto del Despertar Inmediato”

“¿Qué es el Bien, qué es el Mal? 
Los seres humanos no podemos saberlo. 
¿Quién va en el buen camino y quién a contracorriente? 
Ni siquiera el cielo puede determinarlo”. 

El Bien y el Mal son valores relativos. Cada cultura, cada sistema religioso, cada sociedad e, incluso, cada individuo, construyen su propia ética en base a sus apreciaciones relativas y condicionadas sobre el Bien y el Mal. Por ello puede parecer difícil hablar de una ética universal, así, en singular. Lo que encontramos a primera vista es una gran variedad de éticas o conjuntos de normas morales. 

• Etica y éticas 

Dentro de las grandes tradiciones espirituales tenemos la ética judeocristiana, la jainista, hinduista, musulmana, la protestante, la budista, la ética de los indios norteamericanos, de los bosquimanos africanos, de los aborígenes australianos, etc. 

Dentro de la tradición civil tenemos el código ético implícito en el derecho romano, en el marxismo-leninismo, en el anarquismo utópico, en la religión civil norteamericana, etc. 

Por otra parte, está lo que podríamos llamar la ética del poder, para la cual el Bien consiste en conseguir poder, en mantener y aumentar el poder conseguido, y el Mal es todo aquello que amenace de alguna forma a este poder. 

Está la ética del beneficio comercial, según la cual el Bien consiste en ganar todo el dinero que se pueda y el Mal en perder la riqueza obtenida. 

Está la ética trascendentalista, para la cual el Bien consiste en abandonar lo antes posible este mundo impuro para alcanzar un mundo puro en el más allá, y el Mal viene representado por todo aquello que ata al ser humano a este mundo impuro. 

Está la ética materialista, para la cual el Bien consiste en gozar al máximo de los placeres de este mundo y el Mal es todo aquello que impide hacerlo. 

Está la ética individualista para la cual el individuo es lo primero, el Bien supremo, y todo aquello que coarta la libertad del individuo es el Mal. 

Está la ética colectivista para la cual la supervivencia del grupo social es lo primero y todo aquello que ponga en peligro el bien común es el Mal. Está la ética nacionalista, la ética centralista, la ética federalista, etc... 

Lo que encontramos más a menudo en nuestra vida cotidiana, tanto en el sistema social como en nuestro fuero interno, es una mezcla de distintos códigos éticos a menudo contrapuestos y casi siempre en conflicto entre sí. 

Las guerras religiosas, étnicas, culturales e incluso civiles son, en esencia, las guerras de unos códigos éticos contra otros. Los seguidores de unos y otros sistemas éticos creen que su concepción del Bien y del Mal es la verdadera, la única verdadera y, por ello, tratan de imponer, mediante el uso del poder y de la violencia, su concepción absoluta del Bien y del Mal a otros. El resultado de esta lucha no es más que dolor y sufrimiento para todos. Esto es lo que vemos al analizar la historia pasada y presente de la humanidad.


¿Hacia una ética universal? 

¿Es posible alcanzar una definición universal del Bien y del Mal que pueda ser compartida por todos los seres humanos de este Planeta? Este es el reto al que nos enfrentamos al alba del siglo XXI. Algo en lo que todos tenemos que ponernos a trabajar. 

• Etica de la sabiduría y ética de la compasión 

Creo que, en primer lugar, todos deberíamos relativizar nuestras concepciones acerca del Bien y del Mal. “¿Quién va por el buen camino y quién a contracorriente? Ni siquiera el cielo puede saberlo”, decía el maestro zen Yoka Daishi. Tenemos que reconocer que nuestras concepciones acerca del Bien y del Mal han surgido como fruto de un fuerte condicionamiento personal, familiar, social, religioso, cultural, étnico, histórico, geográfico e incluso cósmico. Lo que es bueno para mí no tiene porqué serlo necesariamente para tí. Lo que es malo para tí no tiene porqué serlo para mí. 

El reconocimiento del carácter relativo del Bien y del Mal nos libera de la fijación ciega que conduce a la dominación compulsiva de los demás. Reconociendo que nuestra concepción del Bien y del Mal es relativa podemos reconocer que la concepción de los demás también es relativa y, aceptando esta relatividad de todos los sistemas éticos, el Bien y el Mal dejan de ser considerados como un Absoluto con marca registrada. 

A esta percepción la llamo “ética de la sabiduría” porque es el ojo de la sabiduría el que nos permite ver que el Bien y el Mal son valores relativos. 

No obstante, esta ética de la sabiduría, aunque es imprescindible, no es suficiente. La ética de la sabiduría sirve para reconocer, aceptar y respetar la diferencia, la diversidad, de cada individuo, cultura o tradición. Ahora bien, puesto que sólo somos lo que somos a través de nuestra relación con los demás, puesto que somos seres relacionales, necesitamos un supuesto común, un principio de unidad, que nos permita desarrollarnos en nuestra relación con los demás. Necesitamos un interface ético que nos permita comunicarnos desde nuestro código ético con el código ético de los demás. Necesitamos encontrar los principios éticos globales y universales que subyacen en nuestros códigos éticos relativos. 

“Personalmente siento – prosigue Dokusho Villalba - que este interface ético de alcance universal puede ser construido a partir de lo que se ha venido en llamar la regla de oro de la ética: “No inflingas a otros la violencia de la que tú mismo no quieres ser víctima”; o bien, “No le hagas a otros lo que no te gusta que te hagan a ti mismo”. 

El valor de este interface ético no estriba tanto en su carácter de Verdad Absoluta (lo cual conduciría a un nuevo Absolutismo), sino en su poder de comunicar a través de un lenguaje común a distintos códigos éticos. Es decir, su valor radica en su función de generar un espacio de encuentro y comunicación, un reconocimiento de la unidad subyacente a los distintos sistemas éticos. Este interface podría ser llamado “ética de la compasión”

• Ética de la compasión 

Una ética basada en la sabiduría (el conocimiento) y la compasión (la empatía) es la mejor medicina para la enfermedad del egocentrismo y la ética individualista asociada a él. 

El egocentrismo es en efecto una enfermedad mental y emocional que reviste carácter de plaga especialmente en las sociedades opulentas. El estado mental egocéntrico es el producto de un desarrollo psicológico incompleto que tiene como resultado una visión errónea por incompleta de la realidad. 

¿En qué consiste básicamente el egocentrismo? En creer que el yo es el centro y la cúspide del mundo y que todos los seres que pueblan el universo ya sean humanos, animales, vegetales, minerales, objetos, medio ambiente, etc, están ahí únicamente para satisfacer y servir a los deseos del yo. Para la mentalidad egocéntrica, la existencia de los demás sólo tienen valor en cuanto que sirva para satisfacer los deseos del yo. El yo es convertido en el Sujeto Absoluto y los demás reducidos a objetos relativos. 

• Hacia una ética universal como expresión de la compasión 

La ética de la compasión no trata de imponer una determinada concepción absoluta del Bien y del Mal. No es una ética basada en el poder, ni siquiera en la posesión de una hipotética Verdad, entendida como categoría absoluta. 

Es una ética que trata de encontrar el sentimiento común que subyace en todos los seres vivientes y en todo código ético. 

Siento que el Manifiesto 2000 impulsado por la UNESCO dentro de la campaña internacional por una Cultura de Paz y No-violencia es una buena expresión de esta “ética de la compasión”. 

Por ello nuestra Comunidad Budista Soto Zen está participando en la campaña de este Manifiesto 2000 lanzada por la UNESCO, que a su vez ha declarado el primer decenio del siglo XXI como el decenio de la Cultura de Paz y No-Violencia. Paradójicamente, en este primer año del siglo XXI ha estallado ya un conflicto internacional, que se añade a los cientos de conflictos regionales, cuyas consecuencias son aún imprevisibles. Pero ello no debe descorazonarnos sino por el contrario alentarnos aún más en la consecución de una Cultura de Paz y de No-violencia. 

Los principios del Manifiesto 2000 

El Manifiesto 2000 se articula en seis puntos que constituyen de hecho los pilares de una ética universal, que bien puede ser abrazada por un budista, por un musulmán, por un cristiaano, por un agnóstico o un ateo. Personalmente, como ser humano, como ciudadano del mundo y como budista, me siento totalmente identificado con estos principios. 

Estos seis principios son: 

- Respetar la vida. 

- Puesto que yo amo y respeto mi propia vida, tengo el derecho de que los demás amen y repeten mi vida. 
- Puesto que los demás aman y respetan su propia vida, tengo la responsabilidad de amar y respetar la vida de los demás, no amenazando ni mental, ni verbal ni físicamente la vida de los demás ni apoyando o justificando a aquellos que no respetan el derecho a la vida de los demás. 

- Practicar la no-violencia. 

- Puesto que no me gusta que ejerzan la violencia sobre mí, tengo el derecho de vivir libre de violencia. 
- Puesto que a los demás no les guste que se ejerza la violencia sobre ellos, tengo la responsabilidad de no ejercer violencia ni mental, ni verbal ni física sobre los demás. 

- Compartir el tiempo y los recursos. 

- Puesto que los recursos vitales pertenecen realmente a la Vida (y la Vida no pertenece a nadie) tengo el derecho de que aquellos que poseen más recursos que yo los compartan conmigo. 
- Puesto que los recursos vitales pertenecen realmente a la Vida (y la Vida no pertenece a nadie) tengo la responsabilidad de compartir los recursos que poseo con aquellos que tienen menos que yo, siendo consciente que el reparto injusto de la riqueza es una de las principales causas de violencia en el mundo. 

- Defender la libertad de expresión y la diversidad cultural. 

- Puesto que la Vida es libertad y yo soy un ser vivo, tengo derecho a expresar libremente mi identidad personal y cultural y a defender pacíficamente dicha expresión cuando sea amenazada. 
- Puesto que la Vida es libertad y los demás son seres vivos, tengo la responsabilidad de aceptar y respetar la expresión de la identidad personal y cultural de los demás y a defenderla pacíficamente cuando sea amenzada. 

- Promover un consumo responsable. 

- Puesto que soy un ser vivo que necesita recursos vitales para vivir dignamente, tengo derecho a disponer de aquello que necesito. 
- Puesto que los demás también son seres vivos que también necesitan recursos vitales para vivir dignamente y, dado que estos recursos son limitados, tengo la responsabilidad de consumir sólo lo que necesito y compartir con los demás los recursos limitados del planeta. 

- Contribuir al desarrollo de la comunidad. 

- Puesto que soy un ser social que necesita vivir en comunidad, tengo derecho a que mis necesidades sean reconocidas y satisfechas por la comunidad. 
- Puesto que los demás son seres sociales que necesitan vivir en comunidad, tengo la responsabilidad de trabajar para que las necesidades de los demás sean reconocidas y satisfechas. 
- La ética basada en la compasión es el polo opuesto a la ética basada en el poder y la dominación, sea cual sea la forma que este poder y dominación adquiera. 

La ética de la compasión se basa en un principio universal: ningún ser ama el sufrimiento. Por lo tanto, evitar que todos los seres (tanto yo como los demás, tanto humanos, como vegetales y animales) experimenten el sufrimiento es el principio universal sobre el que se asienta la ética de la compasión. 

La ética del poder y la dominación se basa en la imposición casi siempre violenta de un determinado sistema de valores considerados “verdaderos y absolutos” a los demás, para beneficio de aquellos que ostentan el poder y sin consideración hacia el sufrimiento de aquellos que sufren esta imposición. 

La ética del poder ha sido la que más frecuentemente ha dominado la historia de la humanidad y la que sigue dominando hoy día. Muchas instituciones religiosas, políticas y estatales, muchos grupos étnicos y muchos grandes consorcios económicos han recurrido siempre a la ética del poder y siguen haciéndolo hoy día. 

No obstante, en un mundo cada vez más consciente de la interdependencia esencial que subyace en el tejido de la Vida, en una época histórica en la que el poder de las armas de destrucción masiva es escalofriante, la perpetuación de la ética del poder y la dominación es el mayor peligro al que se enfrenta la Humanidad. 

La alternativa no puede ser otra que la expansión en los corazones de todos los seres humanos de la “ética de la sabiduría” y de este interface ético al que llamo “ética de la compasión”. Siento que, obligados por el puro instinto de superviviencia, este es el imperativo histórico al que debemos responder en este siglo XXI que comienza. 

Por ello, como ser humano ciudadano de este pais y de este planeta, como seguidor de las enseñanzas del Buda, considero que todos, independientemente del credo religioso o político, deberíamos comprometernos, apoyando, difundiendo y haciendo nuestros los valores recogidos en este Manifiesto 2000 impulsado por la UNESCO en pos de una Cultura de Paz y de No-violencia. 

Hasta aquí el texto del maestro Zen Dokusho Villalba. Pero, ¿es posible fundamentar aquí la ética universal? El profesor Juan Marcial Rufo, presenta unos comentarios sobre compasión y responsabilidad.


La vía Zen como camino para la ética universal, ¿es posible?
COMPASIÓN Y RESPONSABILIDAD 

0. Introducción 

La lectura de las reflexiones de Dokushó Villalba nos lleva a considerar algunas posturas filosóficas del filósofo alemán Hans Jonas (1903-1993), que pueden servir de fundamentación a las ideas de compasión y de responsabilidad. En contacto con el texto de Dokushó Villalba, expondremos a) cómo Jonas mantiene una antropología interesada en insertar al hombre en la realidad natural de nuestro planeta; b) la necesidad de superar el tecnocentrismo de nuestra cultura; y c) la fundamentación ontológica de la responsabilidad y, para lo que nos interesa, aunque Jonas no lo trate explícitamente, de la compasión. 

1. Nuestra inserción en el mundo de la vida 

Según Hans Jonas, tomando distancia de algunas corrientes filosóficas de la historia, hay que situarse contra la desvalorización de la naturaleza y frente a la actitud de distancia del hombre frente a ésta. Su postura es que hemos de entender al hombre inserto en el contexto natural, si bien salvando lo específicamente humano. 

Más bien al contrario: Jonas interpreta todo ser viviente no humano desde el modelo del querer y del hacer humanos y, en consecuencia, siembra con ello las condiciones para que el hombre se experimente a sí mismo con una actitud de confianza en el mundo. Así, por ejemplo, refiriéndose en concreto al existencialismo, afirma: 

“El existencialismo contemporáneo, al igual que otras filosofías que le precedieron, dirige sus miradas solamente al hombre, como si hubiese sido encantado por él. Hace al hombre el homenaje, que es a la vez una carga, de atribuirle a él muchas cosas que tienen su raíz en la existencia orgánica como tal. Al proceder así, el existencialismo priva a la comprensión del mubdo orgánio de los resultados que alcanza la autopercepción humana, y por esa misma razón traza mal la verdadera línea divisoria entre el animal y el hombre.” JONAS, Hans: [El principio vidaHacia una biología filosófica, Trotta, Madrid 2000, p. 9. Las cursivas son del original]. 

En la materia viva existe la posibilidad de la autoorganización y poder desarrollar la conciencia. Es decir, puedo posibilitar el desarrollo de la vida sentiente, más aún, el desarrollo de la subjetividad. En este proceso está inserto el ser humano. Éste, aunque diferenciándose de los animales por su autoconciencia y por su capacidad de imaginar, no es un ser solitario en este mundo. 

Con este planteamiento, Jonas intenta superar todo tipo de actitud antropológica dualista o de extrañamiento frente al mundo natural, reconociéndole valor y dignidad a lo orgánico. De esta manera, relativiza la afirmación de que lo no-humano está a simple disposición, como mero medio para los fines humanos. 

2. Más allá del imperativo tecnológico 

Para Jonas, el hombre contemporáneo se encuentra, en su vida ordinaria, dominado e invadido por la tecnología. Ésta, que en principio tendría que ser un medio para la vida del hombre, s ha convertido en un fin en sí mismo. La tecnología moderna es una realidad en proceso continuo que exige estar en constante ejercicio, evolución y renovación, sin parar. Cuando la tecnología se enfrenta a problemas nuevos o cuando de sus manos aparecen nuevos problemas, se busca la solución en más tecnología. Es decir, los problemas técnicos se resuelven técnicamente. 

La tecnología ha invadido la vida del hombre, y en muchas ocasiones ha usurpado a éste su poder de decisión y de control. Jonas toma una actitud que no es ni la de un optimismo tecnológico ingenuo ni la de un pesimismo tecnofóbico. Su objetivo más bien es rebatir el imperativo tecnológico. El poder tecnológico capaz de destruir la biosfera reclama un deber de actuar con precaución y responsabilidad. “Progreso con cautela” frente a “incertidumbre tecnológica”: tal actitud es la que propugna nuestro autor. 

En él no hay tecnofobia ni nos invita a ella: más bien es una actitud que se levanta contra los excesos tecnológicos, aquellos que pueden entrañar efectos inicialmente desapercibidos pero que pueden ocasionar daños irreparables a medio y largo plazo, y a mediana o gran escala. 

El problema no está en el hecho tecnológico tomado en sí mismo, es decir, en la realidad del alcance tecnológico-científico, sino n las características específicas que muchas acciones tecnológicas tienen, y que se escapan o pueden escapar al control de los hombres. En este sentido, la tecnología exige responsabilidad, porque la creación técnica es una manera de dotar de sentido a la existencia humana. 

Pero si de produce de forma descontrolada y sin tener en cuenta sus consecuencias, se puede producir (como de hecho ocurre con frecuencia) una situación de dominación, de alienación, de barbarie, de cierre del horizonte humano. Ya que no es posible ni tiene sentido renunciar al hecho tecnológico, es necesario e imprescindible reflexionar acerca de la legitimidad y las condiciones de cada acción tecnológica. Aquí es donde entran en juego la cautela y la prudencia. 

3. Una nueva mirada al mundo y a los otros: vivir la compasión y escuchar la llamada a la responsabilidad 

En nuestra opinión, la opción del pensamiento de Hans Jonas por insertar al ser humano en el mundo natural, sin renunciar a sus orígenes biológicos y evolutivos, y su actitud de crítica a la postura de rendición frente al desarrollo tecnológico, abren la puerta a introducir, de una forma suficientemente fundamentada, la actitud de compasión y la actitud de responsabilidad ante la naturaleza y ante los otros seres humanos. 

Jonas sitúa el concepto de responsabilidad en el centro de una reflexión ética que quiera responder a los desafíos de la tecnología. (Su obra principal sobre este tema es El principio de responsabilidad. Ensayo de una ética para la civilización tecnológica, Herder, Barcelona 1995. Lydia Feito expone de manera clara y precisa la ética de la responsabilidad de Hans Jonas en su libro El sueño de lo posible. Bioética y terapia génica, Publicaciones de la Universidad Pontificia Comillas, pp. 405-419). 

El ser humano tiene en sus manos un poder gigantesco, tiene la tendencia a aplicar todo nuevo conocimiento de que disponga. Pues bien, tenemos necesidad de una ética de la responsabilidad cuyo axioma básico sea el siguiente: la responsabilidad es la otra cara del poder. Ser conscientes de esta realidad nos lleva a un ejercicio de humildad: 

“Una humildad no debida, como antes, a nuestra insignificancia, sino a la excesiva magnitud de nuestro poder, es decir, al exceso de nuestra capacidad de hacer sobre nuestra capacidad de prever y sobre nuestra capacidad de valorar y juzgar.” [El principio de responsabilidad, p. 56] 

Esa humildad responsable nos lleva a considerar en nuestro juicio ético no sólo los intereses presentes y actuales, lo que ahora viene bien o interesa, sino incluir el elemento de “lo futuro”. Éste es más difícil de tener en cuenta. Y sin embargo, Jonas lo considera una pieza clave del engranaje de la ética de la responsabilidad, si de verdad ésta quiere estar a la altura de lo que hoy se necesita. 

¿Dónde encontramos, según Jonas, el arquetipo, el caso paradigmático de llamada a la responsabilidad? Según nuestro autor, en el ser del lactante. La responsabilidad paterna para con el niño se convierte así en el prototipo de toda responsabilidad. El lactante reúne en sí el poder autojustificante de lo que “ya está ahí” y la importancia de mantener en vigor esa existencia, aunque por medio de las fuerzas de otro. Esta total dependencia del lactante con respecto a los demás se convierte en llamada vinculante a sus padres para asegurar su existencia. 

“La responsabilidad primordial del cuidado paterno es la primera que todo el mundo ha experimentado en sí mismo. En este paradigma fundamental se hace clara de la manera más convincente la vinculación de la responsabilidad a lo vivo. Sólo vivo, por tanto, en su menesterosidad e inseguridad – y, por principio, todo lo vivo-, puede ser en general objeto de la responsabilidad, pero no por eso tiene ya que serlo: ser viviente es sólo la primera condición de ello en el objeto. Pero la distinción característica del hombre – el hecho de que sólo élpuede tener responsabilidad – significa a la vez que tiene que tenerla también por otros iguales a él (ellos mismos posibles sujetos de responsabilidad) y que, en una u otra relación, ya la tiene siempre: la capacidad de responsabilidad es la condición suficiente de su facticidad. Tener de facto alguna responsabilidad por alguien alguna vez (lo que no significa ejercerla y ni siquiera sentirla) es algo que pertenece tan indisociablemente al ser del hombre como que éste es en general capaz de responsabilidad.” [El principio de responsabilidad, p. 173. Las cursivas son del original] 

Para Jonas, la presencia del bebé despierta el deber evidente de acogerlo. Solamente si uno se pone las gafas de un reduccionismo cientificista, que no ve en el rcién nacido sino una amalgama de procesos orgánicos capaces de ser descritos sin implicación emocional, se puede cerrar el paso al dato claro y evidente de que se da un deber de origen claramente objetivo. 

Según Jonas, en la ética clásica regía un sentido de reciprocidad de acuerdo con el cual los deberes de uno son homólogos a los derechos de otros. Este esquema resulta inadecuado en el campo de su ética de la responsabilidad. En el campo de la ética clásica, había seres que podían reclamar, por ejemplo, su derecho a vivir. 

En cambio, al tomar en consideración las generaciones futuras, nos encontramos con que seres que no existen aún no pueden demandar nada ni sufrir que sus derechos han sido violados. De este modo, en la medida en que la ética de la responsabilidad se preocupa de los que aún no existen, ha de independizarse de cualquier esquema que implique una relación entre derecho y reciprocidad. 

Ésta es la razón por la que Jonas sitúa como arquetipo de la responsabilidad, como hemos dicho, a una relación que no es recíproca: la de los padres con respecto a los hijos. Los deberes de los primeros para con los segundos están poderosamente implantados en el ser humano por naturaleza. La responsabilidad que tenemos por las generaciones futuras se parecería a la de los padres con respecto a los hijos, en cuanto se trata de una relación no recíproca. 

Asimismo, en el caso del deber que emerge del llanto del bebé, se pone de manifiesto que la fuerza de la realidad entra de lleno tanto en la razón como en el sentimiento. Por un lado, en la medida en que esta interpelación moral tiene una raíz objetiva, se dije a nuestra razón en el lenguaje universal normativo. Por otro lado, el corazón es removido y emerge un sentimiento específicamente moral que juega un papel fundamental en la motivación de la actuación: el sentimiento de responsabilidad ante lo individual y concreto contemplado en su fragilidad. Según Jonas, razón y sentimiento, objetividad y responsabilidad, son dos facetas inseparables de la vida moral. Por ello, aunque Jonas hable con preferencia de un sentimiento de responsabilidad, no hemos de interpretarlo de manera emotivista. 


Dokushô Villalba, (Utrera, 1956) es maestro budista zen, discípulo del Muy Venerable Taisen Deshimaru Roshi, de quien recibió la ordenación de monje soto zen en 1978 en París y bajo cuya dirección estudió el Zen hasta su fallecimiento, y del Muy Venerable Shuyu Narita Roshi, de quien en 1987 recibió la Transmisión del Dharma. Fundador de la Comunidad Budista Soto Zen en España y abad-fundador del monasterio zen Luz Serena, donde reside habitualmente. Escritor, conferenciante y traductor. Colaborador de la Cátedra Ciencia, Tecnología, Religión. 

Juan M. Rufo (Motril, 1965) es Licenciado en Filosofía, Máster Universitario en Filosofía y Cultura Moderna y Licenciado en Estudios Eclesiásticos. Actualmente realiza el Doctorado en Filosofía en la Universidad de Sevilla. Colaborador de la Cátedra Ciencia, Tecnología, Religión.

Madre paralizada se despierta de un coma al escuchar por primera vez a su hijo

Días atrás se dio a conocer esta conmovedora historia en la cual, un niño de escasos dos años cuida de su madre quien quedó paralizada tras accidente un de tráfico en China.


Créalo: Niño de 2 años en China cuida a su madre con parálisis

En el 2010, Zhang Rong Xiang estaba embarazada de Gao Qinbao, cuando un accidente automovilístico la dejó en coma. Increíblemente dio a luz con cesárea a su bebé que sobrevivió y hoy se ha convertido en su mejor medicina. 
La historia hasta aquí podría sonar algo común, pero lo que pasó después fue algo conmovedor.

El niño permaneció siempre a lado de su madre pero no fue sino hasta par de meses, en mayo pasado,  cuando el pequeño logró despertar a su madre del coma luego de que le hablara a su madre por primera vez.
Según informa el Daily Mail, contra todo pronóstico médico Zhang Rong Xiang despertó al oír la voz de su pequeño hijo Gao Qinbao. Desde entonces el niño ha pasado todos los días junto a su madre y no se separa de ella.

Zhang, aunque puede tragar, tiene otro problema y es que no puede masticar los alimentos, por esta razón. Por esta razon, para evitar tener que comer comida hecha pure del hospital, sosprendente el pequeño amablemente la mastica por ella. Pone la comida en su boca y lo mastica para luego dárselo a su madre, tal como lo hacen las palomas con sus pichones.

Pese a que Zhang Rong Xiang no tiene muchos recursos ha logrado salir adelante gracias a la ayuda del gobierno, familiares y amigos. Este caso consternó a la provincia de Jiangsu, China, quien les ayuda con alimento y dinero.

La familia ha sobrevivido principalmente en la subsistencia del gobierno con algún apoyo de familiares y amigos, la informó Yangtze Evening Post.

Fuente: http://www.dailymail.co.uk/news/article-2429900/Pregnant-mother-paralysed-car-crash-woken-coma-son.html#ixzz2g1mKASTx 

17 años viviendo sin dinero

Heidemarie Schwermer vendió todas sus posesiones y desde entonces vive de lo que le dan | Foto: Martin Bruckmanns
Heidemarie Schwermer vendió todas sus posesiones y desde entonces vive de lo que le dan | Foto: Martin Bruckmanns





Corría el año 96 cuando Heidemarie Schwermer decidió vivir sin dinero. En Alemania, y en el resto de Europa, su gesto se percibió más bien como una excentricidad. La típica "rareza" que salta a la última página de los periódicos y luego se olvida. El gesto inútil de rebeldía en plena época de las vacas gordas. A vivir que son dos días.
"Empecé a hacerlo por la situación del mundo. Porque me parece injusto que haya gente que muera de hambre mientras nosotros derrochamos a diario la comida".
Pero son ya 17 años y ahí sigue. Primero vivió sin marcos y ahora sin euros. Su "experimento" se ha convertido más bien en una filosofía de vida: "Gib und Nimm" ("Da y Toma"). La experiencia dio pie a un libro y ahora a una película: 'Living without money' ('Vivir sin dinero').Cumplidos ya los 70, Heidemarie huye de los protagonismos pero se esfuerza en demostrar que vivir sin dinero es posible.
"Empecé a hacerlo por la situación del mundo. Porque me parece injusto que haya gente que muera de hambre mientras nosotros derrochamos a diario la comida. Yo llevaba una vida acomodada, pero sentí la necesidad de hacer algo diferente. Ahora mi mensaje es más relevante si cabe. La gente me toma más en serio porque sienten que algo debe cambiar".
La crisis está golpeando también en Alemania, advierte Heidemarie, y la gente está lanzándose a explorar estilos alternativos de vida. Ella misma arrancó en 1994 con el primer grupo de intercambio de Dortmund, Da y Toma, allanando el camino a los bancos de tiempo y a las redes de trueque que ahora proliferan por la Eurozona como respuesta a la renqueante economía oficial.

Una vida 'normal'

"Para mí, el grupo fue una buena manera de empezar a actuar de un modo diferente", reconoce Heidemarie. "Pero la idea es ir más allá. El cambio -con o sin dinero- ha de comenzar con uno mismo, a la altura de la conciencia. Creo que la filosofía de "dar y tomar" puede aplicarse fácilmente a la vida "normal". Cuando cambiemos de mentalidad y descubramos que hay vida, más allá de lo que podamos comprar por dinero, será realmente cuando acabe de tomar cuerpo eso que ahora llamamos la "economía compartida".
Ha llegado quizás el momento de recordar que Heidemarie Schwermerllevó una vida "normal" hasta los 53 años. Nuestras compañeras Ana Alonso y Rosalía Sánchez glosaron antes para EL MUNDO su trayectoria vital: madre trabajadora con dos hijos, profesora desencantada con el sistema educativo, psicóloga y terapeuta gestáltica que llegó a vivir a cuerpo de reina y con más de un coche en la puerta. "Una vida dominada por el tener y no por el ser" (en palabras propias).
Tras probar con el grupo de intercambio, la idea de vivir sin dinero le fue rondando la cabeza. Decidió probar por un año, a modo de experimento. Vendió su casa, canceló la cuentas del banco, repartió el dinero entre sus hijos, regaló muebles a vecinos y amigos, hizo donaciones a los más necesitados. Ella misma se vio de la noche a la mañana 'sin techo', obligada a llamar a las puertas de amigos y conocidos para comer y pernoctar. Eso sí, siempre presta a ofrecer sus servicios (cocinando, regando plantas, recogiendo a los niños, paseando a los animales) a cambio de la generosidad ajena.

Aprender a vivir en el presente

Al principio se sintió "liberada" al desprenderse de todas sus posesiones. Pero después fue difícil, reconoce. Más de un día pasó hambre, o tuvo que hacer noche en el centro cultural Wissenschaftsladen de Dortmund, que siempre le abrió sus puertas. Con el tiempo, sin embargo, la ley de 'Gib und Nimm' acabó surtiendo efecto. El 'dar y tomar' se convirtió en su respuesta humana a la moneda de cuño.
A veces se ha llegado a ver en situaciones extremas, pero su "ley" nunca falla, o eso asegura: "Hay aprender a trabajar con el miedo y a vivir en el momento presente. También hago previsiones y calculo que nada me falte, pero más de una vez me ha ocurrido que no tenía nada para comer, y de pronto me llaman unos amigos que me invitan ese mismo día. Viviendo así te das cuenta de que muchas de nuestras preocupaciones en la vida diaria son absurdas, y muchas de ellas están relacionadas con el dinero".
Al principio se sintió "liberada" al desprenderse de todas sus posesiones. Pero después fue difícil, reconoce. Más de un día pasó hambre.
Heidemarie tiene ordenador y teléfono (regalados). Su ropa también la consigue así, y prácticamente todas sus necesidades básicas. Con su curioso sistema consigue gratis hasta entradas para la ópera (a cambio de sus servicios como psicóloga en un conflicto familiar). Sus hijos y sus nietos se sienten "orgullosos" de ella, aunque siguen apegados a sus posesiones. Su pretensión, asegura, no es que todos empecemos a vivir sin dinero, sino más bien que reflexionemos sobre "lo que realmente somos y lo que tenemos".

¿Qué vida queremos?

Su red de amigos se extiende ya por varios países, sobre todo en Italia, donde le concedieron el premio Tiziani Terzani en 2008. Y si la invitan, viaja donde haga falta para hablar de su experiencia, sola o arropada por la cineasta noruega Line Halvorsen, la directora de 'Viviendo sin dinero' (la película).
"Hemos tenido 350 proyecciones en 30 países hasta la fecha, y el interés ha sido muy grande en Estados Unidos, Grecia, Italia o España", admite Line, afincada temporalmente en la Costa Brava. "La crisis económica ha forzado sin duda a la gente a pensar de una manera diferente y a ser más creativa. El ejemplo de Heidemarie no te deja indiferente: hay gente que la critica y hay gente que la admira. Unos y otros salen de la proyección haciéndose la misma pregunta: ¿Llevamos realmente la vida que queremos? ¿Estamos contentos con el sistema económico? ¿Podemos buscar alternativas y trabajar juntos por otros estilos de vida?".
"Me sigue sorprendiendo su capacidad para estar en el momento, para perderle el miedo a la vida y tener fe en lo que ocurra"
Siguiendo día a día con la cámara a Heidemarie, Line Halvorsen admite que ella misma pasó por momentos de duda: "Tenía realmente dificultades para entender su reto personal. Pero el tiempo que pasamos juntas me permitió ser su amiga y apreciar aún más su ejemplo. Ella me ha hecho mirarme a mí misma y cuestionarme mis propias actitudes hacia la vida, el dinero y las posesiones. Me sigue sorprendiendo su capacidad para estar en el momento, para perderle el miedo a la vida y tener fe en lo que ocurra".
"Y su mensaje en sin duda más relevante en tiempos de crisis. Creo que está surgiendo un movimiento muy poderoso de 'economía compartida', al margen de la economía oficial. Es un mundo que quiero explorar en un portal en la red y en un nuevo documental sobre el crecimiento económico en un planeta finito. Ahora mismo estoy en España, siguiendo el ejemplo de Heidemarie, y viviendo fundamentalmente de la generosidad de mis amigos. Creo que todo lo que está ocurriendo nos va a servir en el fondo para 'recuperar la economía', para reforzar los lazos sociales y descubrir que una vida feliz va más allá de los bienes materiales".

The lost Choir - Mad World / El coro perdido - Mundo Insano


En un concierto de un coro infantil en Wuppertal (Alemania), de repente, uno de los niños se separó del grupo y salió del escenario. A los pocos segundos otro compañero dejó de cantar y se marchó con paso tranquilo. Así hasta que sólo quedó uno. El niño que se quedó solo frente a la incrédula audiencia aportó un dato muy revelador: "cada 3 segundos el mundo pierde a un niño por causas que podrían haberse evitado". Se trata de una original acción de concienciación de la ONG International Children's Fund con motivo del Día Universal del Niño.


La letra no tiene desperdicio:

All around me are familiar faces

Worn out places, worn out faces
Bright and early for the daily races
Going nowhere, going nowhere

Their tears are filling up their glasses
No expression, no expression
Hide my head I wanna drown my sorrow
No tomorrow, no tomorrow

And I find it kind of funny, I find it kind of sad
The dreams in which I'm dying are the best I've ever had
I find it hard to tell you, I find it hard to take
When people run in circles its a very, very
Mad world, mad world

Children waiting for the day they feel good
Happy birthday, happy birthday
And I feel the way that every child should
Sit and listen, sit and listen

Went to school and I was very nervous
No one knew me, no one knew me
Hello teacher tell me, what's my lesson?
Look right through me, look right through me

And I find it kind of funny, I find it kind of sad
The dreams in which I'm dying are the best I've ever had
I find it hard to tell you, I find it hard to take
When people run in circles its a very, very
Mad world, mad world, enlarging your world
Mad world

All rights to Gary Jules - Mad World 


Video original del corte con subtitulos en español:


¿Por qué mentimos?: Psicólogos hallan la respuesta


Todos mentimos. Ya sea una pequeña o una grande, con buenas o malas intenciones a los demás a nosotros mismos, todos nos mentimos y nos hemos mentido siempre. Pareciera ser parte de nuestra naturaleza pero ¿por qué lo hacemos?

La respuesta no es sencilla y no existe una que en realidad nos pueda esclarecer por completo este complejo comportamiento humano. 

A más mentiras, más sustancia blanca. Un equipo de investigadores de la Universidad de California del Sur (EE UU) descubrió hace unos años que la estructura del cerebro de los mentirosos compulsivos es distinta de la de los honestos. Concretamente, los investigadores estadounidenses han detectado que los embusteros compulsivos tienen en el lóbulo frontal del cerebro más cantidad de sustancia blanca que de sustancia gris, en torno a un 22% más. Dicho de otro modo, cuanto más 'cableado' tiene un sujeto el lóbulo prefrontal mayor es la facilidad que posee para mentir, tal y como daban a conocer en The British Journal of Psiquiatry. 


¿Qué es una mentira?
Las mentiras y su naturaleza
Para saber qué es una mentira necesariamente debemos entrar en el terreno de la pregunta misma sobre por qué mentimos pues, analizando las causas de este comportamiento podemos así establecer una definición muy básica.

En la gran mayoría de los casos, la gente 
miente para protegerse o para evitar un castigo. Por lo que de algún modo, a primera instancia, bien podríamos decir que se trata de un comportamiento que funciona como un mecanismo de defensa.
Las mentiras serias
Para este tipo de mentiras, el psicólogo Paul Ekman, un pionero en el estudio de las emociones y su relación con el comportamiento y las expresiones humanas (quien inspiró la serie televisiva Lie to me), elaboró una categoría que denominó las mentiras serias

Estas mentiras
, si son descubiertas, se caracterizan por tener como resultado un castigo mucho más significativo que las anteriormente mencionadas. Ellas pueden ser por ejemplo la pérdida de la libertad, grandes sumas de dinero, un empleo, una relación, una reputación o incluso la vida misma.

Entonces es muy importante preguntarnos ¿por qué la gente miente? ¿Por qué se arriesga a perderlo todo?
Por qué la gente miente
Además del doctor Ekman, otro psicólogo llamado Robert Feldman, profesor en la Universidad de Massachusetts, también se ha pasado varios años de su vida alrededor de un montón de mentiras. Ha estudiado la relación entre las mentiras y la decepción de los seres humanos durante más de 25 años, siendo una eminencia en dicha cuestión.

Según 
Feldman, las personas mienten de la siguiente forma y por determinadas razones que veremos a continuación...

En las relaciones, generalmente para:
·    Cubrir un engaño
·    Ocultar sentimientos encontrados con otra persona y temor a contarlo
·    La verdad incomoda
·  Evitar una posible confrontación, ya que si la pareja se entera de la verdad, puede disgustarse

En el trabajo, generalmente para:
·     Sobresalir en el grupo
·     Desprestigiar a sus compañeros
·     Ocultar las verdaderas razones de una falta
·     Conseguir mayores ganancias
·     Evitar responsabilidades
·     Evitar un despido
·     Darle mayores connotaciones positivas a una verdad

A nosotros mismos
Este es un caso muy particular pues lo que generalmente sucede es que las personas mienten tanto y se esfuerzan tanto en hacer creer que esa mentira es cierta, que terminan interiorizándola a un nivel tal que la propia persona termina creyendo que es cierto.
La mente es capaz de semejante engaño y aunque suena tan complejo, como en realidad lo es, es muy común. En especial frente a una verdad muy dura.

La mayoría de la gente recurre a la 'mentira piadosa' para referirse a su nivel de educación y bagaje cultural, según los resultados de la encuesta realizada en Reino Unido en vísperas de la sexta temporada de la serie norteamericana 'The Big Bang Theory'.
  
La necesidad de parecer especialista en todas las áreas obliga al 53% de los encuestados a usar indicadores sociales de la intelectualidad como las gafas o trajes formales.

El 52% en su desesperada persecución de una imagen refinada adorna sus estantes con libros que nunca ha leído, entre los cuales destacan 'Guerra y paz' de León Tolstói,  '1984' de George Orwell y 'Grandes esperanzas' de Charles Dickens. El 11% miente sobre su puesto de trabajo y rango profesional.
 
Según los científicos británicos, fingimos ser intelectuales para parecer más atractivos sexualmente a las parejas potenciales. Dos tercios de los encuestados afirman que los atrae el intelecto, y el 70% dice que prefiere la inteligencia a la belleza de su pareja.

“Las investigaciones demostraron que el intelecto vuelve a ser sexualmente atractivo como nunca antes, y muchos de nosotros realizamos enormes esfuerzos para causar la impresión de que somos más inteligentes de lo que realmente somos”, explica el especialista en psicología del comportamiento 
Jo Hemmings.
 
En el 'grupo de riesgo' se encuentran temas como literatura, vinos, cine de experimentación o películas en lenguas extranjeras y erudición.  

Segun la hora
Nuestra capacidad de autocontrol para evitar decir mentiras se reduce a medida que avanza el día, lo que nos convierte en personas más propensas a los embustes durante la tarde y la noche, según un nuevo estudio publicado en la revista Psychological Science.

Los autores querían averiguar si los comportamientos poco éticos, como el engaño y la mentira, dependían de la hora del día, ya que habían observado "que los experimentos desarrollados por la mañana sistemáticamente daban resultados con menor nivel de comportamiento antiético", explica Maryam Kouchaki, investigadora de la Universidad de Harvard y coautora del trabajo. 

Sus experimentos confirmaron que por las mañanas tendemos a ser más honestos que cuando el día está a punto de terminar, incluso si tendemos a sentirnos culpables tras "soltar" una mentira. Los científicos lo atribuyen a que, en el transcurso del día, el autocontrol se "desgasta" debido a la falta de descanso y al constante ejercicio de toma de decisiones al que nos vemos sometidos. 

En cuanto a las aplicaciones de este estudio, los investigadores aseguran que "tanto si intentas controlar tus propias tentaciones, como si eres un padre, un maestro o un gerente preocupado por el posible comportamiento antiético de otros, la investigación sugiere que deberías tener en cuenta algo tan mundano como la hora del día".


Mentiras insanas
Decir la verdad mejora la salud física y mental de las personas, según un estudio titulado "Ciencia de la Honestidad" Y dado a conocer en la última convención Anual de la Asociación Americana de Psicología. Por término medio, se estima que un norteamericano miente 11 veces cada semana. En los experimentos con más de un centenar de personas, Antita E. Kelly y sus colegas de la Universidad de Notre Dame comprobaron que si se les pedía que redujeran el número de mentiras, transcurridas diez semanas su salud física y mental había mejorado notablemente. 
 
Fuentes: http://actualidad.rt.com/sociedad/view/105038-gente-miente-razones-inteligente
http://www.ojocientifico.com/3893/por-que-mentimos, Muy Interesante (Autora: Elena Sanz),