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Nelson Mandela


27 años de prisión, trabajos forzados, repetidos intentos de asesinato, ofrecimientos de libertad a cambio de renunciar a sus ideales... nada pudo con él.
Cuando salió de allí, se convirtió en el primer presidente negro de uno de los países más racistas del mundo. Y varios de sus antiguos guardianes de la prisión pidieron formar parte de su gobierno.

En su discurso inaugural como presidente, Nelson Mandela incluyó este párrafo de Marianne Williamson, que ilustra muy claramente la diferencia entre la falsa virtud de la modestia, y la virtud genuina de la humildad.


Nuestro temor más profundo no es que seamos inadecuados.

Nuestro temor más profundo es que seamos poderosos
más allá de toda medida.

Es nuestra luz, no nuestra oscuridad,
la que más nos asusta.

Nos preguntamos: ¿quién soy yo para ser brillante,
maravilloso, talentoso y fabuloso?

En realidad, ¿quién eres para no serlo?

Eres un hijo de Dios.
Tu forma de sentirte y pensar en pequeño
no le sirve al mundo.

No hay nada brillante en querer hacerte más pequeño
solamente para que los otros
no se sientan inseguros a tu alrededor.

Hemos nacido para manifestar
la gloria de Dios que hay en nuestro interior.

No está en alguno de nosotros; está en todos.


Y a medida que dejamos, y en tanto que dejemos
que nuestra propia luz brille, inconscientemente
le permitimos a otras personas que hagan lo mismo.

En tanto que nos liberemos de nuestro propio temor,
nuestra presencia libera inmediatamente a otros.


FRASES DE NELSON MANDELA:

La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo. La educación es el gran motor del desarrollo personal. Es a través de la educación que la hija de un campesino puede llegar a ser médico, que el hijo de un minero puede llegar a ser cabeza de la mina, que el descendiente de unos labriegos puede llegar a ser el presidente de una gran nación. No es lo que nos viene dado, sino la capacidad de valorar lo mejor que tenemos lo que distingue a una persona de otra
Después de escalar una gran colina, uno se encuentra sólo con que hay muchas más colinas que escalar.

Ser libre no es solamente desamarrarse las propias cadenas, sino vivir en una forma que respete y mejore la libertad de los demás.

Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o su origen, o su religión. La gente tiene que aprender a odiar, y si ellos pueden aprender a odiar, también se les puede enseñar a amar, el amor llega más naturalmente al corazón humano que su contrario.
Detesto el racismo, porque lo veo como algo barbárico, ya sea que venga de un hombre negro o un hombre blanco.

Aprendí que el coraje no era la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él. El valiente no es quien no siente miedo, sino aquel que conquista ese miedo.

Si quieres hacer las paces con tu enemigo, tienes que trabajar con tu enemigo. Entonces él se vuelve tu compañero.

Deja que la libertad reine. El sol nunca se pone sobre tan glorioso logro humano.

Nunca, nunca y nunca otra vez, debería ocurrir que esta tierra hermosa experimente la opresión de una persona por otra.

No puede haber una revelación más intensa del alma de una sociedad, que la forma en la que trata a sus niños.

En mi país vamos primero a prisión y luego llegamos a Presidente.

No hay nada como volver a un lugar que parece no haber cambiado, para descubrir en qué cosas has cambiado tú mismo.

Mi ideal más querido es el de una sociedad libre y democrática en la que todos podamos vivir en armonía y con iguales posibilidades.
La democracia exige que los derechos políticos de las minorías se resguarden.

Una buena cabeza y un buen corazón son siempre una combinación formidable.

Una nación no debe juzgarse por cómo trata a sus ciudadanos con mejor posición, sino por cómo trata a los que tienen poco o nada.

La mayor gloria no es nunca caer, sino levantarse siempre.

Si quiere hacer las paces con su enemigo, usted debe trabajar con él.

La prisión es una tremenda educación en la paciencia y la perseverancia.

Sueño un África en paz consigo misma.

Sólo los hombres libres pueden negociar; los presos no pueden firmar contratos. Su libertad y la mía no pueden separarse.

Dedicamos este día a todos los héroes y heroínas de este país y el resto del mundo que se sacrificaron entregando sus vidas a fin de que pudiéramos ser libres. Sus sueños se han convertido en realidad. La libertad es su recompensa.

No soy un santo. Al menos que para ti un santo sea un pecador que simplemente sigue esforzándose.