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Springtime

Hoy en dia..nada es imposible - Aujourd'hui rien d'impossible

Carta a mis padres

Gracias por su apoyo incondicional.
Gracias por ser como son.
Gracias por hacer mis alegrías las suyas y también mis tristezas.
Gracias por ayudarme a sacarle las enseñanzas a la vida y compartirme las suyas.
Gracias por estar siempre de mi lado.
Gracias por hacerme ver mis errores y corregirlos.
Gracias por darme siempre una segunda oportunidad y nunca cansarse ni decepcionarse.
Gracias por esos brazos fuertes y esas caricias suaves que saben como confortarme.
Gracias por darme siempre un reto o advertencia a tiempo.
Gracias por hacerme ver que la vida es una hermosa aventura que vale la pena vivir.
Gracias por las noches que pasaron a mi lado velando mi salud.
Gracias por esos innumerables sacrificios que yo sé que hicieron y que jamás compartieron.
Gracias por hacerme el ser humano que ahora soy.
Gracias porque sin su ayuda mi vida seria triste y vacía.
Gracias por brindarme un hogar que fue, es y será siempre el puerto seguro donde siempre se puede regresar.
Gracias por enseñarme a amar a Dios y a todo lo bueno y bello que me rodea.
Gracias sobre todo por ser míos en las buenas, en las malas, las alegrías, las tristezas, los triunfos, los fracasos, las noches y los días; y que después de vivir juntos la maravillosa experiencia de la vida, puedan abrir tus brazos darme un gran beso y decirme: "te amo". 

Sólo escribo estas líneas para decirles: "yo también los amo".



                                                                                                                 Su hija

Fidelity

Efecto Pigmaleón



A fines de la década del sesenta, un profesor de psicología llamado Robert Rosenthal, realizó el siguiente experimento: reunió a los maestros de una escuela y les mostró un test realizado entre los estudiantes, que indicaba que algunos eran más "brillantes" que otros. "De estos alumnos pueden esperar grandes resultados", les aseguró. En realidad -y respondiendo a los objetivos del experimento- ese test fue simulado por Rosenthal, para inducir a los maestros a pensar que determinados alumnos tenían más potencial que el resto. Sin embargo, al cabo de ocho meses, esos alumnos efectivamente obtuvieron mejores calificaciones que el promedio de la clase.

Como los maestros creían en los alumnos supuestamente "brillantes", les brindaron más atención, más apoyo, más tiempo y más retroalimentación. Esta abundancia de condiciones, se tradujo en un mejor aprendizaje y -luego- en mejores calificaciones. Aquellos niños no se destacaron! por ser inteligentes, sino porque sus maestros creyeron que lo eran.
A través de su experimento, Rosenthal descubrió que las expectativas de los maestros se reflejaban en el desempeño de los alumnos. Su conclusión fue la siguiente: mientras más altas son las expectativas que tiene una persona respecto a otra, más probable será que ésta última logre resultados positivos.

Este descubrimiento puso en evidencia, una vez más, un fenómeno que se conoce con el nombre de "Efecto Pigmalión". 

Según la mitología clásica, Pigmalión fue un rey de Chipre, apasionado por la escultura. Durante mucho tiempo, trabajó con tanta dedicación una figura de marfil con forma de mujer que -según él- no existía ninguna mujer "viva" tan bella y perfecta como la que él modelaba con sus manos, llamada Galatea. Todos los días trabajaba para darle toques de perfección a su escultura y todas las noches suspiraba para que fuese de carne y hueso. Tan enamorado estaba Pigmalión de su escultura, de su amada Galatea, que hubiese dado todo lo que tenía para que cobrara vida.
Un día la diosa del amor, Afrodita, se compadeció de Pigmalión y le dio vida a su creación, convirtiéndola en la hermosa mujer que el rey creía que era. La lección de este mito es que si creemos que alguien es de determinada manera, puede convertirse en aquello que creemos que es.
Este tema fue fuente de inspiración para la obra literaria y posterior película "My Fair Lady", mi Bella Dama. O los más jóvenes tal vez recuerden "Efecto Pigmalión" ¿Recuerdan el Dr. Higgins y la florista en la puerta del teatro? Cómo trabajó para transformar a Dolly en una "dama de la sociedad"?. Sólo con cuatro valores: la autoestima, la humildad, el esfuerzo y la honestidad.

El Efecto Pigmalión no ocurre únicamente en las escuelas, sino también en cada casa y en cada empresa. Cualquiera puede experimentarlo, por ejemplo en el trabajo: si el jefe espera lo mejor de cada uno de nosotros y nos lo hace saber, es muy probable que exhibamos un alto desempeño. Pero si tenemos un jefe que no confía en nuestra capacidad y que tiene bajas expectativas respecto a nuestro rendimiento, es muy probable que -más tarde, o más temprano- cometamos un error u obtengamos resultados negativos.

El Efecto Pigmalión se comprueba en las familias, en las escuelas y en las organizaciones, marcando en las primeras la psicologia fragil del niño. Como es natural, un padre tiene expectativas frente a sus hijos que -consciente o inconscientemente- comunica. Éstas condicionan las expectativas que tienen los hijos sobre sí mismos, quienes terminan comportándose de acuerdo a aquello que sus padres esperaban de ellos. Es decir, las expectativas de los padres influyen en cómo serán sus hijos. El Efecto Pigmalión se hace más evidente en hogares con más de un hijo. Hay padres que esperan más de unos hijos, que de otros. Como consecuencia, premian más a unos que a otros, les orientan mejor en sus tareas, les elogian ante los demás y les ofrecen más estimulación. Si bien esto aumenta la confianza y autoestima de unos hijos, perjudica -y distorsiona- la autoimagen de otros.
Cuando -en una familia- alguien es etiquetado como "perdedor", "lento" o "difícil", el resto de los miembros tiende a negarle la contribución y el apoyo que necesita para hacerlo bien. Esto reduce aún más sus posibilidades de superación.
Si ambos padres tienen expectativas positivas hacia un hijo, éste sabrá que creen en su potencial y seguramente se esforzará para demostrar que es tan bueno como sus padres creen. Ahora, ¿cómo genera -y trasmite- un padre expectativas positivas?
- ofreciendo oportunidades para superarse: confiando en sus hijos asuntos importantes, dándoles tareas desafiantes y asegurándose de que tengan éxito frecuentemente
- brindando regularmente retroalimentación positiva, que remarque sus fortalezas
- apoyando su aprendizaje
- utilizando un lenguaje positivo. Por ejemplo, diciendo "sé que puedes hacerlo", en lugar de "espero que puedas hacerlo"; "Siempre creí en ti" y no "Temía que me decepcionaras"; "Este es un buen comienzo" en lugar de "Necesitaremos corregir esto en el futuro"
- elogiando a sus hijos frente a los demás
Desde luego, hay muchos otros factores que influyen en las posibilidades de superación de los hijos, como la educación que reciben en la escuela; los límites que marcan sus padres; los valores que les inculcan; el apoyo de sus hermanos; los amigos; etc...

Tenemos los hijos que "modelamos" con nuestra influencia, amor y confianza. Pero también tenemos los empleados que nosotros "modelamos" con liderazgos según sean: autocráticos, participativos o mejor aún, de excelencia.

Seamos como Pigmalión: creamos que nuestros hijos, nuestros empleados, nuestra gente amiga, son capaces de ser tan bellos como Galatea. Si somos buenos escultores ellos serán capaces de hacer grandes cosas... y así lo serán!. Depende de nosotros.


"Siempre seré la "chica de las flores" para el profesor Higgins, Porque siempre me trató como a una florista y así seguirá tratándome, ser una dama para usted, porque siempre me vio como tal."